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Farándula

Hansel Camacho y Óscar Quesada no mezclarían la salsa con el reguetón
Hansel Camacho y Óscar Quesada darán un concierto este 1 de agosto en La Cuadra a las 20:00 denominado 'Los duros de la salsa 2'
Respetan todos los géneros musicales, pero están seguros de que la salsa y el reguetón no son compatibles. Los salseros colombianos Óscar Quesada y Hansel Camacho no se ven llevando uno de sus temas románticos a lo urbano, ni viceversa, pues para ellos las cosas están mejor como están...
Aprovechando su paso por Guayaquil, revelan deseos, consejos y hasta sus gustos gastronómicos a EXTRA.
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De sus temas, cuál es la que lo identifique o la que más le guste, ¿por qué?
Óscar (O): ‘Eres’. Es una letra para dedicar, para cantarle a una mujer especial. Creo que esas letras son las que valen la pena.
Hansel (H): ‘Verdades’, sin desconocer que acá casi la gran mayoría son éxitos, pero me identifico con la vida y con ese paso que damos a diario. Si cada acción de nosotros tiene verdad, es trascendente: en el amor, en la amistad. Por eso me parece que ‘Verdades’ es el sol que ilumina mi vida artística y personal.
¿Qué canción del género urbano llevarían a la salsa?
H: No, con todo respeto, no. Hay una gran diferencia de composición entre lo que ellos hacen -que es un género que respeto-, pero creo que hay mucha diferencia en la parte literal, con lo que hago cuando escribo y escucho. No creo que sean compatibles.
O: Le pregunto a todas las damas: ¿qué les encantaría que un hombre les diga para conquistarlas? ¿Eres lo más bello que Dios ha creado en la tierra para mí o muévelo, muévelo, te voy a comer?
¿Creen que la salsa queda en buenas manos con la nueva generación?
O: Eso esperamos, porque la verdad se ha acabado esa creación que sale de la inspiración del corazón. Hoy la mayoría de los intérpretes y cantantes va disparando a otro lado, ¿no? La nueva generación se ha acostumbrado a escuchar este tipo de letras que, para nosotros, cuando éramos jóvenes, eran de alto calibre y que ahora utilizan a la mujer como un objeto sexual y no como una dama.
H: Estas nuevas generaciones tienen que responsabilizar sus conceptos hacia buenos tratos y buenas maneras. Hay que mandar mensajes positivos en sus letras. Quienes están empezando a hacer salsa deben crear un concepto, amarlo y lucharlo, porque al final la vida les dará la respuesta que ustedes mismos hayan creado para su carrera.
¿Qué les dirían a quienes solo viven cantando covers de grandes referentes de la salsa como ustedes?
O: Con mucha experiencia y todo, les puedo decir que si las personas no crean, no van a llegar al éxito. Hagan los covers, chévere, pero si hacen uno, por favor, hay que crear diez temas propios. Hay que mostrar. Yo sé que el talento está ahí, en el corazón; hay que mirar más allá de las narices para descubrirlo.
H: Los covers son una ilusión efímera. Si tú quieres irrumpir en esto, tienes que tener un sello personal para hacer la diferencia, porque el éxito está en la diferencia. Cuando nos parecemos todos, no se trasciende. Los covers son bonitos, pero hay que ser uno para poder ser alguien en la vida. Esas circunstancias son las que, a veces, hacen que los proyectos se vayan al piso, porque los chicos de hoy son muy facilistas, se quieren montar en el caballo que ya está ensillado, pero resulta que ese caballo ya tiene dueño.
Deben tener muchas anécdotas, pero ¿cuál es la que más recuerdan?
O: He tenido miles de anécdotas, precisamente con músicos muy nerviosos, que empiezan con las copitas y llega el momento del concierto y no pueden tocar, y hay que bajarlos de la tarima cargados.
H: Una vez fui a Limones y venía con la orquesta de Colombia. Hubo un problema en la carretera, me tocó armar un grupo acá. No logré ensayar y llegué directo al evento. El coliseo estaba lleno, empezamos a tocar y nadie daba ‘pie con bola’. El alcalde, desesperado. La gente cogió sus sillas y se fue saliendo, me miraban protestando y se fueron. A la orquesta la conocí recién cuando llegamos al escenario. Desde entonces, no me presento si no estoy pulido con la orquesta.
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