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El comunicador de 39 años fue parte de programas como Videocontrol y en Manavisión. También promocionó cantantes como Janan Velasco, Johanna Carreño y otros.JALIM LINZAN

Jalim Linzán: al preparador de reinas le costaba vivir con 357 libras de peso

Detrás de la obesidad del comunicador manabita hay historias de traumas, ansiedad y dolor físico. La cirugía bariátrica es su esperanza

Paradójicamente, el comunicador y preparador de reinas Jalim Linzán, quien a diario está rodeado de esbeltas figuras, libraba una dura batalla con su cuerpo. Detrás de su obesidad, de 357 libras (166 kilos), el portovejense de 39 años, escondía traumas, ansiedad y mucho dolor físico.

El sábado pasado y luego de romper sus miedos, finalmente se sometió a una cirugía bariátrica que, según le contó a EXTRA, lo ha llenado de esperanzas de poder desarrollarse como lo hizo antes, cuando tenía menos de la mitad de su peso actual.

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Pero, ¿cómo una persona puede vivir con ese peso?, “no sé, no tengo respuesta… pero me estaba costando muchísimo vivir”, confiesa quien a lo largo de su carrera ha sido testigo de muchas coronaciones al estar ligado al mundo de la belleza -como director de la Escuela de Reinas KB, coach del reality Reina de Portoviejo y miembro del staff de Reina de Manabí.

Jalim luchaba a diario no solo con el peso de su obesidad, sino además con el de sus propias inseguridades y el impedimento de caminar y dormir con normalidad.

Jalim Linzan antes de someterse a la cirugía bariátrica que podría cambiar su vida.JALIM LINZAN

“Tenía apnea de sueño. Me despertaba cada hora, ahogándome, como si alguien me estuviera ahorcando. Era horrible. No dormía. Eso no era vida”, relata. Su alimentación era desordenada, descontrolada y emocional. “Comía a deshoras, a veces hasta las 12 de la noche. Podía merendar medio pollo con arroz, menestra, papas. Comía muchísimo”, confiesa.

Mucha comida y heridas profundas

“Yo no fui gordo toda la vida. Fui delgado, pero mi infancia y adolescencia fueron muy duras. Sufrí bullying por mi orientación sexual. Estudié en un colegio católico donde me jalaban el cabello, me insultaban, me llamaban mari..., una palabra que escuché por primera vez ahí, cuando ni siquiera sabía qué era”, explica aún afectado.

Lo peor no venía de sus compañeros, sino de las autoridades. “Un inspector me dijo que me molestaban por ser afeminado, y que si seguía así, llamaría a mi papá para decírselo”. El miedo, la incomprensión y la falta de apoyo familiar llenaron a Jalim de ansiedad, la que con los años se fue canalizando en comida.

“Crecí con esa carga emocional que me hacía comer más y más. Nunca fui a terapia, hasta ahora”, sostiene. 

La ropa, un reto

Con una talla 7XL, vestirse también se volvió una odisea. La mayoría de su ropa debía encargarla por internet. “No uso jeans normales. Solo joggers con elástico. Cuando quería usar pantalón, tenía que adaptarle una extensión. Los ternos me los confecciona una modista”.

Una foto del recuerdo cuando tenía el peso ideal.JALIM LINZAN

Aun así, su vida profesional seguía. Su agenda estaba llena de reinados, clases, promociones y eventos. “Yo nunca estaba en casa. Era de aquí para allá con este cuerpo, con estas libras. Por fuera todo se veía bien, pero por dentro, me dolían las rodillas, me costaba caminar, me costaba vivir”, comenta.

Estricta evaluación médica y psicológica

Para someterse a la cirugía bariátrica pasó por una estricta evaluación médica y psicológica, además de endoscopías, exámenes con el neumólogo, cardiólogo, anestesiólogo. “Y por primera vez, terapia con psicóloga y nutricionista”.

"Podía merendar medio pollo con arroz, menestra, papas"Jalim Linzán
​Comunicador

Su mayor temor era no despertar de la operación. “Pero me dije: tengo tantos sueños, quiero seguir viviendo. No es por estética. Lo hago por salud, por poder moverme, por tener energía para seguir enseñando, actuando, bailando”.

A cuatro días de la operación, Jalim ya retomó parte de su rutina. Sigue al pie de la letra las indicaciones médicas, convencido de que esta será su única cirugía y su gran oportunidad.

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