El proceso legal que involucra al reportero y presentador Leonardo Quezada, conocido como Lazito de la Farándula, y a Sarah Alarcón, hija de la expresentadora Gabriela Pazmiño Yépez, vuelve a tomar fuerza tras varios aplazamientos. Finalmente, la nueva fecha de audiencia fue confirmada para el 26 de noviembre de 2025, a las 09:30. 

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Este caso, que ha despertado interés en el mundo del espectáculo ecuatoriano, surge por una denuncia presentada por Alarcón bajo el artículo 396 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), el cual sanciona las expresiones de descrédito u ofensa con penas que van desde 15 hasta 30 días de prisión, al considerarse una contravención de cuarta clase.

Según la denuncia, el comunicador supuestamente habría emitido comentarios en el programa Los Hackers del Espectáculo que, presuntamente, afectaron la honra y reputación de la joven. En el espacio televisivo se habría insinuado que Sarah habría tenido alguna relación con la ruptura sentimental entre el modelo brasileño Cezar Augusto y la presentadora Virginia Limongi, ambos ex participantes del reality Soy el Mejor.

Sarah Alarcón quería la audiencia virtual

La defensa de Alarcón sostiene que estas declaraciones fueron falsas y perjudiciales, ya que su nombre quedó expuesto en medio de una controversia mediática que ella asegura no tener relación alguna.

La audiencia de conciliación y juzgamiento se había convocado inicialmente para el 8 de octubre, luego se reprogramó para el 24 del mismo mes, pero ambas fechas fueron suspendidas. Ahora, con la nueva citación para finales de noviembre, se espera que el proceso finalmente avance.

Durante estos aplazamientos, trascendió que Sarah Alarcón solicitó que la audiencia se realice de manera virtual, petición que fue negada en dos ocasiones. Su abogado, Carlos Luis, confirmó a EXTRA que el objetivo del pedido era evitar retrasos por inasistencias de la otra parte o de sus testigos, y así lograr una resolución pronta del caso.

Con la fecha fijada, tanto Lazito como la parte denunciante deberán comparecer nuevamente ante la justicia. El resultado de esta audiencia podría marcar un precedente en torno a los límites de la opinión en los espacios de entretenimiento televisivo.

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