La atleta, presentadora y figura querida de la televisión ecuatoriana, María Teresa Guerrero, ha vuelto a emocionar profundamente a sus seguidores al compartir un vídeo que, más allá del movimiento físico, representa una poderosa metáfora de vida, fe y renacimiento. En medio de una dura batalla contra el cáncer bilateral de ovarios, “La Flaca” demostró que su espíritu sigue firme.

Desde su cuenta de Instagram, la guayaquileña compartió un emotivo testimonio visual en el que se la ve haciendo lo que más ama: correr. Esta acción, aparentemente simple para una deportista como ella, cobra una dimensión inmensa cuando se entiende el contexto. “La última vez que corrí fue en el Iron Man en Monterrey, semanas después la vida me sorprendió con un diagnóstico: cáncer bilateral de ovarios”, reveló Guerrero en su publicación. 

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Sin embargo, ni la enfermedad ni las intensas sesiones de quimioterapia han logrado apagar su determinación. “Hoy, en mi semana buena, antes de mi tercera quimio el 30 de junio, decidí correr cinco kilómetros y volví a sentirme viva”, escribió con contundencia, marcando lo que para muchos ya representa un hito inspirador en su proceso de recuperación.

Y es que no fue solo correr, como ella misma reflexiona en su emotiva publicación. “Hoy volví a correr Y volví a sentirme viva. Después de más de dos meses… corrí. Y lloré de gratitud. Mi cuerpo, mi alma, mis células… despertaron hoy. No fue solo correr. Fue volver a empezar. Estoy sanando. Estoy volviendo. Estoy viva. 5 kilómetros de esperanza. La medicina funciona. La fe también”.

María Teresa Guerrero se mudó para continuar su tratamiento

Desde Estados Unidos, país donde reside actualmente y recibe tratamiento, María Teresa compartió también que su vida ha dado un giro significativo con una reciente mudanza. “Esta semana empezó un nuevo capítulo”, escribió, detallando su traslado a Texas junto a su pareja, Graham, y su inseparable perro Oscar. Su nuevo destino: Starbase, un lugar que representa para ella “un nuevo hogar, una nueva rutina, un nuevo comienzo”.

“Siento que Dios me está sanando, no solo físicamente, sino también como mujer, como ser humano. Estoy aprendiendo a vivir más lento, a elegir con conciencia con quién me junto, en qué pienso, qué permito en mi entorno. Todo eso también es parte de mi recuperación”.

Las prioridades han cambiado, asegura. Aquello que antes pesaba, hoy ya no lo hace. “Antes me preocupaban mil cosas que hoy ya no me pesan. Hoy vivo más ligera, más presente. Y sí, con todo lo que está pasando… me gusta más esta nueva Flaca. La que no necesita demostrar nada. La que abraza el proceso con fe”.

Con una madurez emocional admirable, María Teresa concluye su mensaje con una frase que resume su actual visión de vida: “La última palabra la tiene Dios. Y yo solo puedo decir que, aunque esté en medio de la tormenta, estoy viviendo un milagro”.

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