El cantante argentino Pablo Ruiz, recordado por éxitos como ‘Mi chica ideal’, ‘Oh mamá!, ella me ha besado’ o ‘El rincón prohibido’, vuelve a Guayaquil. Se presentará el sábado 13 de diciembre en el Mall del Río, en un show con el que recorrerá casi 40 años de carrera.

Pablo, muchos artistas reniegan de su etapa infantil. ¿Qué tan importante sigue siendo para usted?

La verdad, muy importante. El Pablo Ruiz de hoy existe gracias a ese ‘Pablito’ que la gente conoció. Si no hubiera grabado ‘Mi chica ideal’, ‘¡Oh mamá!’ o ‘Malagueña’, no habría formado ese lazo tan fuerte con el público. Todo eso sigue siendo la base de mi carrera.

Pero su música ha evolucionado mucho con los años.

Claro. Mi estilo hoy es más moderno, he aprendido un montón. Pero lo que hago siempre parte de lo que fui de niño. Mi creatividad y mi música se construyen sobre esa esencia que el público conoció.

Hablemos de ‘La Malagueña’. Usted tenía solo 14 años cuando la grabó. ¿Sintió presión por las comparaciones?

Yo todavía no componía en esa época. Tenía el mismo productor que Luis Miguel, Rubén Amado. Él llegó con la idea de una ‘Malagueña’ más moderna, distinta. Y fue un golazo. Pegó muchísimo entre los jóvenes, que era justo mi público.

En 1992 sorprendió con ‘El rincón prohibido’. Tenía 17 años y el tema era claramente más sensual. ¿Esperaba tanto revuelo?

Para nada. El video causó revuelo total. Era como ‘la primera vez de Pablito’. La letra habla de esa primera experiencia, y mucha gente se sintió identificada. El videoclip incluso fue prohibido en Chile, aunque no mostraba nada. Hoy sería recontra inocente comparado con lo que se hace.

También marcó una ruptura con su imagen infantil…

Exacto. Cambié de productores, grabé en España con Miguel Blasco y Peter Felissatti. Fue un paso natural: yo estaba creciendo, y mi público también. ‘El rincón prohibido’ me la siguen pidiendo muchísimo, y por supuesto la cantaré en Ecuador.

Después vino una pausa larga y regresó con el disco ‘Renacer’ en 2010. ¿Fue un reinicio para usted?

Totalmente. Ese disco tiene un espíritu muy alegre porque nació después de años sin grabar. Yo había compuesto varios temas en México, pero por malas negociaciones nunca se editaron. En ‘Renacer’ pude incluirlos y se nota la energía del regreso.

¿Hoy cómo define su música y sus shows?

Siempre con mucha alegría. Me encanta bailar, moverme, conectar con la gente. En mis discos siempre hay canciones para arriba, porque son las que disfruto en el escenario. Yo creo que esa frescura fue siempre una de mis cualidades: hacer música con ritmo; sin dejar las baladas, por supuesto.

Ahora hace lo que quiere

¿Qué significó crecer en el mundo artístico?

Muchísimo aprendizaje. Hoy produzco mis propios discos con mi hermano Cristian. Nuestro último álbum, ‘Rayo de luz, una señal de amor’ (2023), fue producido por nosotros.

Su hermano siempre ha estado cerca de su carrera…

Sí. Él siempre fue cantante. Empezamos juntos. Cuando yo estaba en el programa infantil de TV ‘Festilindo’, él estaba en Delirio, un grupo juvenil tipo Menudo. Y fue justamente su mánager quien me llevó a EMI, sello donde firmé mi primer contrato como solista.

También aprendió acerca de cómo funciona la industria.

Totalmente. Viví muchas cosas de chico. Hubo explotación por parte de algunos mánagers y discográficas. Eso me enseñó mucho. Hoy estoy detrás de cada detalle de mi carrera.

Ahora, con las redes, los artistas dependen menos de las disqueras.

Claro. Hoy todo lo que hago, lo hago por mí y para mí. Ya no existe nadie explotándome ni diciéndome qué hacer. Fue duro lo que viví de pequeño y adolescente, pero me fortaleció.

¿Ese aprendizaje le permitió moverse con autonomía?

Sí, totalmente. Fue una experiencia fuerte, pero enriquecedora. Ahora tengo libertad artística y personal. Hago lo que quiero y manejo mi carrera como siempre soñé.

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