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Nathalia y Joel: La historia de amor que venció los prejuicios
La reina de belleza trans y su pareja se conocieron en una app de citas. Detallan cómo aprendieron a defender su relación de los estigmas y las dudas
A veces el amor aparece donde menos se lo espera. Así comenzó la historia de Nathalia Espinoza y Joel Llaguno: dos completos desconocidos que hicieron ‘match’ en una aplicación y terminaron descubriendo mucho más que una simple conexión virtual.
Para Nathalia -mujer trans, actriz, modelo, exreina de belleza y activista de la comunidad Glbtiq+- encontrar el amor siempre había sido un territorio complicado, marcado por el prejuicio y el “qué dirán” de una sociedad que aún no acepta del todo las relaciones diversas.
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Joel, por su parte, nunca había tenido una relación. Conocerla fue descubrir un sentimiento nuevo y profundo. Ninguno planeó enamorarse; “simplemente ocurrió”, dice Nati a EXTRA, con emoción desbordante.
Desconocía que Nathalia era actriz y activista Lgbtiq+
Desde su primer encuentro, hace más de un año, ambos recuerdan que todo se dio con respeto. Salieron a comer y conversar. Joel no sabía quién era Nathalia, desconocía su exposición mediática, su trayectoria en televisión y su activismo.
Cuando descubrió todo lo que había detrás de ella, no titubeó: lo que lo había enamorado no era su nombre ni su género, sino su esencia. Desde entonces construyen una relación fuerte, madura y basada en la comunicación. Los amigos de Joel han respetado siempre su decisión y le tienen cariño a Nathalia, con quien comparten sin prejuicios.
Para una mujer trans, el amor rara vez viene sin obstáculos. “Para nosotras, el tema del amor es complicadísimo, igual que el laboral. La sociedad es compleja y a veces cruel”, lamenta ella. Esa complejidad se hizo evidente cuando llegó el momento de presentarla a la familia de Joel.
Actriz y modelo trans
Fue el 24 de diciembre de 2024. Joel decidió llevarla a la cena navideña sin advertencias previas, porque para él no había nada que ocultar. Ella fue recibida como cualquier novia: conversaron, rieron y compartieron la mesa familiar.
La llamada telefónica
El 25 de diciembre, el padre de Joel -que vive en Estados Unidos- se enteró por una pariente quién era la novia de su hijo. Le escribió enviándole capturas de pantalla de lo que encontró al buscar a Nathalia en internet. Su mensaje fue breve: “Cuando tengas tiempo, llámame. Quiero que me expliques qué significa todo esto.” Tal cual una escena sacada de novela.
La situación paralizó a Nathalia. “No sabía cómo reaccionar”. Ella solo le pidió a Joel que pensara bien lo que iba a decir, que no la negara ni la defendiera: que hiciera lo que creyera correcto. Pero Joel ya tenía clara su decisión: “Yo sé lo que quiero, y lo que quiero eres tú”, le dijo.
Joel esperó unos días y llamó a su padre. Lo escuchó llorar, angustiado por creer que su hijo era gay. Joel lo frenó con una sola pregunta: -“Papá, cuando te la presenté por videollamada… ¿qué viste?” -“A una mujer”, respondió él. -“Entonces quédate con eso.”
“A mí me gustan las mujeres, no soy gay”, afirmó Joel. Y ante la pregunta de si podría enamorarse de otra chica que no fuese trans, respondió que “eso no pasará y que no le sería infiel a Nathalia”.
No hubo más confrontaciones
Desde entonces, el proceso familiar fue lento, pero constante. Nunca más hubo confrontaciones. Nathalia asumió un rol que conocía bien: el de comprender que el shock inicial es humano y que el amor también necesita tiempo para ser entendido.

“Yo sé el dolor que causa enfrentarse a algo así. También vi llorar a mi mamá, porque parió un hijo y ahora tiene una hija trans”, cuenta. A la mamá de Joel, con quien dice tener una relación maravillosa, le ha repetido que se quede tranquila: “Él conoció a una mujer. Y eso soy”.
Con el tiempo, la familia de Joel terminó por aceptarla. Hoy la incluyen en reuniones y la tratan como parte del hogar. Lo mismo ocurre en la casa de Nathalia.
Han construido una relación sólida
Mientras tanto, Nathalia y Joel continúan construyendo una relación sólida. Él trabaja en el área de logística de una empresa, es el único hijo varón entre dos hermanas y se define como un hombre centrado, responsable y familiar.

Ella reconoce que no planeaba enamorarse de alguien tan joven, pero Joel derribó todos sus prejuicios: “Me dieron una cachetada a lo que pensaba”, dice entre risas.
Joel afirma que nunca había vivido una relación así. Nathalia le enseñó a vivir, a disfrutar, a salir, a compartir. “Con ella conocí cosas que nunca había hecho antes”, cuenta. La describe como una mujer fuerte, trabajadora, honrada y profundamente amorosa.
Ambos comparten el hogar y viven enfocados en sus metas individuales y en las que comparten, trabajando en silencio porque, como dice Nathalia, “así me ha ido bien en la vida”. La maternidad o paternidad no es un tema descartado, pero prefieren conversarlo puertas adentro.
Su historia es, al final, un testimonio de que el amor puede derribar prejuicios cuando existe comunicación, respeto y valentía. “Vivamos el momento. No miremos la paja ajena. El mundo se cae a pedazos y la vida es una sola. El amor nunca debe ser un pecado”, finaliza.
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