Cuando hace once años el comediante Ronny Torres eligió disfrazarse de mujer para caracterizar a su personaje de la Palomiña, las primeras críticas le llegaron de su propia familia. ¡Le dieron ‘palo’!

Incluso, él tuvo miedo de cambiar sus pantalones por un vestido para parodiara a la expresentadora brasileña Paloma Fiuza. Hoy, asegura que no se arrepiente, porque gracias a ‘ella’ tiene todo lo que ha logrado en su vida.

“Más que vestirme de mujer, es crear un personaje. Es más complicado hacerlo. Siento que Palomiña es un personaje que dejó de ser una parodia para tomar vida propia”, explica.

En el camino no faltaron los ‘comedidos’ que le dijeron que no lograría nada con esa caracterización, y quienes le aconsejaron que se olvide “porque no tenía gracia”.

“Creer en mis posibilidades hizo que todo fuera una realidad. Me propuse ser parte del top cinco de los comediantes ecuatorianos y ahora no solo comparto shows con La Vecina, David Reinoso o Emerson Morocho, sino que son mis amigos”.

¿Lo más fácil?

Descarta de plano que se califique como un recurso fácil lo que él hace, pues considera que existe magia en su creación.

“Conozco actores que solo lograron el éxito cuando tuvieron un personaje. También hay otros que pese a tener uno, ni suenan ni truenan. Todo depende de la magia con que se lo haga. Lo difícil es que pegue”.

Reconoce que no es sencillo hacer reír y a veces ha tenido público que ha sido todo un reto. “Hay personas que cruzan los brazos y como que plantean una batalla para ver si puedo hacerlos reír. Cuando logro el objetivo y termina el show, no quieren que uno se vaya”.

Destaca que su humor no incluye groserías ni doble sentido y está dirigido a la familia. “Los niños son una generación que me he ganado sin querer, y los atesoro mucho. Tanto, que estoy trabajando con mi familia, mi esposa Angie Cisneros, mi hija Alejandra y mi hermana Andrea, que es la multifacética”.

Lo contrario

A diferencia de la Palomiña, indica que como Ronny Torres es muy serio. “No tengo facilidad de palabra, no soy tan amiguero ni conversón, porque no sé qué decir, pero sí soy buena onda. En cambio, como Palomiña hablo hasta por los codos, porque me toca”. Por eso, admite que no se imagina qué sería de él sin su personaje. “Me ha dado todo. Familia, estabilidad económica, carro, casa y millones de seguidores en las redes sociales”, concluye el actor.