De cuna de artistas y con un legado que lo inspira, Willie Tamayo nació el 16 de diciembre de 1991, siendo el hijo mayor de la reconocida cantante ecuatoriana Paulina Tamayo y de Guillermo Muñoz. Desde pequeño, su vida estuvo marcada por los escenarios, la música y las giras junto a su madre, acompañándola en diferentes presentaciones dentro del país.

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Su primer gran paso frente al público lo dio a los 11 años, cuando participó en un concurso interescolar de música en Quito. Interpretando un pasillo en representación de los séptimos de básica —lo que hoy equivaldría al sexto grado—, ganó el primer lugar, demostrando que el arte corría por sus venas.

Sin embargo, durante su adolescencia, Willie encontró otra forma de expresión: el baile. Los ritmos contemporáneos, folclóricos y tropicales captaron su atención, llevándolo a formarse profesionalmente en el Estudio Nacional de Baile, donde se especializó en salsa, disciplina que marcaría un nuevo rumbo en su carrera.

La carrera de Willie Tamayo

Su talento lo llevó a representar al Ecuador en varios concurso internacionales, obteniendo importantes reconocimientos: segundo lugar en el World Latin Dance Cup de Miami (2013), primer lugar en el World Salsa Congress de Puerto Rico (2014) y tercer lugar en el Festival Mundial de Salsa de Cali, Colombia (2015).

Paralelamente, Willie incursionó en un ámbito poco explorado hasta entonces: las orquestas. Con el apoyo de su tío Paúl Tamayo, se unió a Zandunga, agrupación que en sus inicios fue conocida como Los Duques. Durante cuatro años recorrió el país junto a la banda, pasando de corista a primera voz, etapa que fortaleció su presencia escénica y madurez artística.

En 2018, su trayectoria dio un giro significativo al lanzar el tema “Amor, dolor” junto a su madre, Paulina Tamayo, quien falleció el 21 de octubre de 2025. La canción lo llevó a presentarse en varios puntos del Ecuador y en el extranjero, consolidando su nombre en la música nacional. Posteriormente, lanzó los sencillos “Fuego entre tú y yo” y “Baila conmigo”, reafirmando su versatilidad como intérprete y su deseo de mantener vivo el legado musical de su familia, al mismo tiempo que construye su propio camino artístico.

Hoy, Willie Muñoz se perfila como uno de los artistas ecuatorianos con mayor proyección internacional, combinando su herencia musical con una identidad artística que refleja pasión, disciplina y amor por el arte.

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