El centro de salud de la red del Ministerio de Salud Pública (MSP) más cercano de la vivienda de Horacio, en el bloque 17 de Flor de Bastión, está apenas a tres minutos de distancia. Sin embargo, si necesita atención médica, el padre de familia prefiere moverse en su moto hasta el dispensario situado a 10 minutos, en El Fortín, también en el noroeste de Guayaquil, por la inseguridad.

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“Hace un mes acompañé a mi esposa a cambiarse de método anticonceptivo y mejor la llevé al de El Fortín porque los de Flor de Bastión son ‘bomba’”, en referencia al alto número de crímenes que se reportan allí.

Inseguridad en los centros de salud de Guayaquil

Tanto Horacio como su esposa perciben como inseguro el dispensario cercano porque, aparte de la violencia que lo rodea, no hay guardias de seguridad privados. Es decir, no se ve a ni uno de los uniformados que portan, al menos, un arma no letal para proteger a los pacientes.

Según Alma Cavero, una exfuncionaria de otro centro médico del sector, esto no solo sucede en los de El Fortín y Flor de Bastión, sino en prácticamente todos los correspondientes al distrito 09D08-Pascuales, debido a que terminaron los contratos del personal de seguridad y de limpieza sin haber cancelado haberes por, en promedio, cinco meses.

“Yo me desempeñaba como guardia en el centro de salud de Socio Vivienda 1 y me quedaron debiendo cuatro meses en total (dos afiliada a una empresa y otros dos a otra compañía). O sea, casi 2.000 dólares”, cuenta. Alma considera injusta la falta de atención a las deudas, pues laboraba todos los días “puntualmente” en un sector peligroso y hasta estuvo el día que mataron a 22 personas en una sola tarde.

Ella, por otro lado, revela que el centro de salud de este sector peligroso se quedó sin personal de limpieza. “Los doctores me dan para las ‘colas’ para tener aseado el centro de salud”, señala. Por lo tanto va todos los días, de manera informal, a realizar la higienización del complejo sanitario.

Esto sucede en Socio Vivienda 1 y 2

La situación del dispensario de la primera etapa de Socio Vivienda 1 se repite en Socio Vivienda 2. Los pacientes también aseguran que no hay guardias que puedan estar pendientes de quienes ingresan al subcentro.

“Yo no he visto a nadie (guardias) en algunas semanas. Me chismearon que los han sacado, pero sin darse cuenta de que los pacientes se perjudican”, menciona una habitante de Lomas de la Florida, barrio colindante a Socio Vivienda.

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Al distrito 09D08 también pertenecen los centros ubicados en Ciudad Victoria 1, cooperativa María Paidal, Paraíso de la Flor y los ya mencionados en El Fortín y Socio Vivienda. Por esta razón, un grupo de más de 100 extrabajadores de los centros médicos han optado por denunciar públicamente la falta de pagos.

Victoria Sanipatín, una de ellas, le cuenta a EXTRA su preocupación, pues debe cubrir gastos de sus hijos, incluyendo los de su pequeña de seis años, que fue diagnosticada con espina bífida. “El trabajo era perfecto para mí porque mi casa está a una calle del centro (ubicado en El Fortín). En cualquier rato libre, yo iba a ver a mi niña, la atendía y enseguida regresaba a mi trabajo. Ahora estoy sin dinero y sin lugar de labores”.

El drama no solo es para Victoria y Alma, sino para sus ahora “compañeros de lucha” (entre ellos Dickson Perea, María Lema, Leodan Santana, Elina Pozo y Francis Castro), quienes dicen que el Ministerio de Finanzas es el encargado de acreditar el dinero que les corresponde.

Este Diario extendió su solicitud de información al Ministerio de Salud Pública. Sin embargo, la respuesta de la cartera de Estado no llegó hasta el cierre de esta edición.

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