“Mi hija era una mujer trabajadora, se ganaba la vida de manera honrada. Era madre soltera. Ni ella ni sus hijas se metían con nadie”, manifestó entre lágrimas la madre y abuela de las cuatro víctimas de la masacre registrada dentro de una vivienda ubicada en el bloque 6 de Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil.

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La mañana de este martes 16 de septiembre, la mujer acudió al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil para retirar los cuerpos de su hija Mayra, de 34 años, y sus tres nietas de 16, 13 y 12 años.

Entre sollozos, mientras era consolada por otros familiares, relató que llegó hasta la casa donde residía su hija acompañada de su hijo menor, un niño de 10 años, y se encontró con la tétrica escena.

“Yo fui con mi hijo porque me dijeron que mi hija estaba muerta. Dios mío, no sé por qué les hicieron esto”, expresó con dolor.

El teniente coronel Christian Rueda, jefe subrogante del distrito Nueva Prosperina, informó que la alerta llegó precisamente a través del niño de 10 años, quien se acercó a una patrulla policial para advertir que su hermana había sido atacada.

“Se están realizando las diligencias investigativas, aunque resulta difícil obtener información debido a la negativa de los moradores a colaborar. La motivación aún es incierta, pero no se descarta la relación con grupos criminales. En el transcurso de las indagaciones se determinará con mayor claridad lo sucedido. No existen cámaras de seguridad en la zona que permitan recabar evidencias”, explicó el oficial.

Añadió que una niña de dos años sobrevivió al ataque y que en la escena se levantaron al menos cuatro indicios balísticos.

De acuerdo con la versión de un familiar a la Policía, tras el ataque el niño ingresó al inmueble y logró rescatar a su sobrina, quien presentaba golpes pero se encontraba fuera de peligro. Luego la trasladó hasta la casa de su madre, ubicada en la ciudadela Rotario, a pocas cuadras del sitio de la masacre.

La Policía destacó que el domicilio donde ocurrió la masacre está ubicado en un callejón sin salida, de difícil acceso para el patrullaje, sin iluminación. Además, los habitantes del sector han brindado poca colaboración, lo que complica la identificación de los responsables.

Por su parte, el teniente coronel Roberto Pastor, jefe del distrito Nueva Prosperina, explicó que en esa zona operan estructuras criminales como Tiguerones Fénix, mientras que otro grupo denominado Tiguerones Igualitos intenta recuperar el control territorial para la comisión de delitos.

“No sabemos por qué las mataron. Eran tres niñas y su madre. No hay antecedentes de violencia. La mayor de las niñas era madre de la pequeña de dos años que sobrevivió. El niño de 10 fue quien llegó a la casa y encontró a su madre y hermanas ejecutadas. La niña de dos años presenta un golpe en la cabeza, pero no heridas de bala”, declaró Pastor.

El oficial añadió que, según los primeros indicios, una de las organizaciones criminales estaría intentando retomar el control del sector, pero aclaró que hasta el momento no se ha encontrado ninguna vinculación directa entre esta familia y las bandas.

“Estas cuatro víctimas eran mujeres, no tenían antecedentes. Tampoco podemos confirmar que hubiera un hombre dentro de la vivienda al momento del ataque”, dijo. 

En Durán: Menor y su mamá atacados a tiros

La mañana del lunes, dos personas murieron y un menor resultó herido tras un ataque con armas de fuego en la cooperativa 28 de Agosto, en Durán. Las víctimas fueron Martha, de 44 años, y José, de 46. El hijo de Martha, de 16 años, resultó herido. La Policía levantó 52 vainas y 2 proyectiles deformados.

Testigos señalaron que siete personas atacaron las viviendas, presuntamente como represalia por delitos cometidos en el pasado por un familiar, aunque los responsables aún no han sido identificados.

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