¡Anime en el suburbio! Un grupo de moradores y artistas plásticos armó, con monigotes y mucha creatividad, una recreación de uno de los escenarios más reconocidos del famoso anime japonés Naruto, uno de los favoritos de los niños.

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La puesta en escena está ubicada en las calles 18 y Francisco Segura, en el sur de Guayaquil, donde, por la envergadura del proyecto, tuvieron que cerrar la vía durante todo diciembre para instalar los escenarios en los cuales se exhiben los personajes más populares de la serie animada.

El sapo gigante Gamabunta, el zorro de las nueve colas Kurama, Sasuke —el último sobreviviente del clan Uchiha—, Naruto, Sakura, Orochimaru y Kakashi sensei son algunas de las figuras representadas en monigotes, con las que los visitantes pueden fotografiarse durante el recorrido.

“Lo que hemos querido hacer es representar el parque temático de Naruto que hay en Japón: ‘Konoha’, la Aldea Oculta de la Hoja. Son cinco estaciones que, por el valor de un dólar, los visitantes pueden recorrer y tomarse todas las fotos que deseen”, explicó José Luis Morales, uno de los cuatro artistas que construyeron los escenarios y monigotes.

Morales resaltó que el proceso creativo y de fabricación inició en agosto, primero investigando a fondo los detalles de la serie para lograr representaciones fidedignas. También precisó que no es el primer año que arma una escenografía inspirada en series de televisión o caricaturas.

“Lo vengo haciendo desde el 2007. He ganado seis concursos. El año pasado trabajamos la temática de Dragon Ball y fue un éxito rotundo”, expresó.

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Geovanny Figueroa fue uno de los ciudadanos que visitó el parque junto a familiares y amigos el día de su inauguración. Comentó que “esto es positivo porque la familia viene a compartir, sobre todo los niños, que son los que más disfrutan y se toman fotos”.

Carlos, un niño de 12 años, también aprovechó que el espacio le queda de camino a su casa, luego del colegio, para visitarlo. “Me guardé el dólar del 'lunch' para entrar porque soy fanático. Los ‘años viejos’ (monigotes) están igualitos. Me tomé fotos con todos”, manifestó emocionado.

Vecinos ‘paran la olla’

Aunque debido al monumental escenario la calle permanece clausurada durante este mes, ninguno de los vecinos se queja de este detalle, pues también sacan provecho con la venta de comida, bebidas, golosinas y prendas relacionadas con la temática.

“Siempre tratamos de ayudar en lo que podemos porque también nos conviene. Todos los años la gente viene masivamente; la fila da la vuelta a la manzana y, mientras esperan o cuando salen, aprovechan para comer algo. La mayoría de vendedores vivimos aquí mismo en el barrio”, resaltó Carmen Salesaca, quien aprovecha la gran concurrencia para sacar su freidora y vender churros.

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