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Marihuana e intimidad: Estos son los riesgos de juntar ambas, según sexólogos
Expertos advierten que el cannabis puede alterar la percepción del placer y generar dependencia psicológica en la intimidad.
No todo lo que sube… enciende. Para algunos, la marihuana puede parecer la chispa que faltaba en la cama. Pero para otros, puede convertirse en un espejismo sensorial que, de a poco, apaga más de lo que ‘prende’. Aunque en sus consultas médicas hay quienes aseguran que esta sustancia potencia el placer, expertos en sexualidad advierten que sus efectos son más complejos de lo que se cree.
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El urólogo y sexólogo César Merino lo pone en términos bioquímicos: “Al consumir marihuana se liberan neurotransmisores como la dopamina, que genera placer, y también gaba o glutamato, vinculados con la concentración y el procesamiento cognitivo. Por eso, algunas personas sienten que están más presentes o relajadas durante el sexo”, explica.
Incluso desde lo físico, el impacto parece mínimo: “Las sensaciones propias del acto sexual no se ven muy alteradas, ya que no hay un efecto directo sobre el sistema nervioso central como en otras drogas”, asegura Merino.
Sin embargo, no todo es positivo. A su criterio, el verdadero problema aparece cuando la persona siente que solo puede disfrutar si está bajo efectos psicoactivos: “Ahí hablamos de dependencia psicológica, y eso ya es una forma de deterioro”.
Posibles malos efectos íntimos: Tristeza y sueño
La sexóloga Verónica Sempertegui coincide en que hay un efecto sensorial inmediato: “Una dosis baja de THC (principal compuesto psicoactivo que se encuentra en la marihuana) puede enaltecer los sentidos. Hay una mayor percepción táctil. A diferencia del alcohol, que suele insensibilizar, este puede amplificar lo que se siente en la piel”.
Además, la especialista señala que la calidad de una experiencia íntima bajo los efectos del cannabis no depende únicamente del THC, sino también del CBD, otro cannabinoide presente en la planta. A diferencia del THC, el CBD no es psicoactivo, lo que significa que no altera la percepción ni genera el efecto de estar 'volado'.

Pero también recuerda que la ‘maracachafa’ se trata de una sustancia depresora: “Da sueño, y muchas veces pueden quedarse dormidos en medio del acto. No hay una conciencia plena, y eso ya no es recomendable”.
El THC como alterador de la percepción emocional
Sempertegui, además, explica que la experiencia no es la misma para todos. “Tengo varios consumidores sociales conocidos y no a todos les hace el mismo efecto; puede realzar, pero también entorpecer. Depende de la dosis y el compuesto que decidan”, aclara.
Pero más allá de las sensaciones físicas, la ‘yerba’ también puede intervenir en el plano emocional. “Hay personas que dicen: ‘¡wow! sentí algo muy fuerte por esa persona’. Pero no es amor ni conexión real, es el THC alterando la percepción”, destaca la especialista.
Ambos coinciden en que hay casos en el que las personas utilizan la marihuana -o el alcohol- como un refugio para no enfrentar su vulnerabilidad. “Muchos pacientes lo hacen porque no saben cómo acercarse emocionalmente sin una sustancia de por medio”, indica Merino. Y Sempertegui va más allá: “Cuando se necesita algo externo para lograr una conexión, probablemente se está evitando trabajar en un problema personal o de pareja”.
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