Carlos Cuesta, de 66 años, fue la víctima colateral de un ataque al estilo sicariato. Sucedió cuando manejaba un auto blanco por las calles Tsáfiqui y Tucán, en Santo Domingo de los Tsáchilas.

Ayer Joffre García, jefe de Policía de la zona, detalló que el adulto mayor había tomado el vehículo de su hijo, quien forma parte del sistema de protección de víctimas y testigos por un delito de peculado.

“Por eso se presume que los sospechosos se confundieron. Al parecer, el ataque iba en contra del hijo del fallecido”, acotó el oficial.

Los balazos

El asesinato se produjo a las 21:10 del lunes. Según testigos, Cuesta fue interceptado por dos sujetos que iban en una motocicleta.

El copiloto sacó un arma y descargó una ráfaga de tiros en contra del vehículo. Luego huyeron. El afectado murió al instante y su cadáver quedó en el asiento del conductor. Nadie más lo acompañaba.

Los investigadores llegaron al lugar y se percataron de que los ocho tiros ingresaron por el lado derecho del auto. Cuesta recibió siete balazos que ingresaron por su rostro, cuello, pecho y hombro.

Como evidencias se hallaron ocho vainas de calibre 9 milímetros.