Jhonny Caicedo, de 16 años, iba ‘embalado’, nadie lo paraba hasta que... ¡metió el gol! La ‘pípol’ del barrio Nueva Esperanza, norte de la ciudad de Esmeraldas, festejaba su anotación cuando, de repente, sujetos armados ingresaron a la cancha para ‘quebrarlo’.

Según testigos, los sicarios llegaron en una moto, ubicaron a su víctima y empezaron a dispararle. En su intento por escapar de sus verdugos, el joven corrió, pero a pesar de ser muy veloz jugando fútbol, la ‘pelona’ le dio alcance y cayó frente a la puerta principal de una iglesia.

El joven estudiaba en la Unidad Educativa Doctor Luis Prado Viteri, donde cursaba el último año de bachillerato. Dentro de sus planes estaba graduarse y seguir la carrera de Cultura Física, puesto que le gustaban los deportes, principalmente el balompié.

Su padre, llorando desconsolado junto al cadáver, aseguraba que su vástago era un joven dedicado a los estudios y al deporte.

Informes policiales indican que en el distrito El Arenal, al cual pertenece el barrio Nueva Esperanza, entre enero y agosto del 2021 se reportó solo un asesinato en dicho sector, mientras que en el mismo lapso de 2022 ya van 12 muertes violentas.

El cuarto caso en menos de un mes

Según cifras de la Policía Nacional, al menos 25 adolescentes han perdido la vida en hechos violentos en la provincia de Esmeraldas.

El pasado 16 de noviembre, a las 18:30, fue asesinado Darian Quintero Batioja (16 años) y resultaron heridos otros tres jóvenes. El ataque ocurrió en los exteriores del colegio Eloy Alfaro.

El crimen de este joven de tercer año de bachillerato sucedió en pleno estado de excepción, un día después de que el Gobierno presentó en Guayaquil el plan nacional ‘Escuelas seguras’.

Darian salía del plantel donde se educaba, cuando afuera fue sorprendido por gatilleros que sin piedad acabaron con su vida, tras propinarle una serie de disparos, sobre todo en su cabeza. En la escena del crimen, uniformados recopilaron tres indicios balísticos.

Mientras que el 27 de noviembre, los ñaños Jhon Jairo Orobio (16) y Edison Orobio (17), ambos de nacionalidad colombiana, fueron asesinados por sicarios con varios tiros mientras conversaban al pie de su casa, en las calles Junior Coronel y Séptima, en el norte esmeraldeño, sector conocido como la ‘cueva de los sapos’.

El crimen ocurrió a eso de las 22:00. Los adolescentes eran alumnos del colegio Luis Prado Viteri.

‘Pelados’ desocupados

En Esmeraldas, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC),  el 65,3 % de los jóvenes están cursando el bachillerato en la edad correspondiente.

En la educación general básica, la tasa neta de asistencia es del 90,9 %. Es decir, hay muchos niños y jóvenes que no estudian y pueden ser presa fácil de bandas organizadas. (LCH)