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Esmeraldas: Despidieron a sargento en Quinindé

En su día franco, el uniformado limpiaba la maleza en su sembrío de maracuyá y un alambre le perforó el corazón

policía
El sepelio se realizó la tarde del miércoles. El féretro fue llevado en hombros.Luis Cheme

Era su día franco y Carlos Javier Intriago Carranza, de 42 años, sargento segundo de la Policía, se levantó temprano para ir a trabajar en su finca. Debía limpiar la maleza de su sembrío de maracuyá, pero la muerte impidió el plan.

Puso la motoguaraña en su carro y junto a su esposa y uno de sus hijos viajó desde el recinto Cumbanchira hasta su propiedad, en el recinto San Roque, parroquia San Ramón, en Quinindé (Esmeraldas), donde el martes 26 de abril de 2022 sufrió un accidente mortal.

Intriago prestaba servicio en el recinto Valle del Sade, de la parroquia Malimpia, en Quinindé. Tenía 18 años en la institución. Su anhelo, al jubilarse, era dedicarse a su finca.

En su velatorio, Cristian Caldas, compañero de promoción, lo recordó como una persona sencilla y buen compañero. El año 2021 se reencontraron luego de 17 años. “Fue emocionante verlo nuevamente”, contó Caldas.

El velatorio del sargento Carlos Intriago se hizo en Cumbanchira, y su sepelio en el cementerio del recinto Cupa.

Nancy Cabezas, presidenta de la Asamblea de Participación Ciudadana de la parroquia Malimpia, dijo que él siempre estaba presto a articular acciones en beneficio de la comunidad. Participaba activamente en eventos sociales, culturales, deportivos. Últimamente desarrollaba una serie de charlas dirigidas a jóvenes para evitar que caigan en las drogas.

¿Qué le pasó?

El martes 26 de abril, cuando limpiaba su predio, la afilada cuchilla de la motoguadaña rozó con un alambre que estaba entre el monte y sostenía las plantas de maracuyá. Por el impacto, un pedazo de alambre, de unos 15 centímetros, se desprendió e incrustó en el pecho del agente.

Jimmy, su hijo mayor, cuenta que le retiró con fuerza el alambre y lo trasladaron al hospital Padre Alberto Bufoni, en Quinindé. Pero nada pudieron hacer. La muerte del sargento fue instantánea.

Según el reporte forense, el alambre entró por el esternón, pero como el hueso es duro, lo desvió y penetró unos cinco centímetros en el corazón del uniformado.