Si Martín, nombre protegido, viviera en Quito hubiera pensado que el hueco en el parabrisas de su carro blanco de marca Mazda fue, probablemente, ocasionado por alguna granizada que no tuvo en cuenta; sin embargo, él reside en Guayaquil donde lo único que cae es lluvia.

A este hombre, habitante de la ciudadela Naval Norte, cercana a la avenida de las Américas, norte de Guayaquil, lo alertaron sus vecinos en la mañana del jueves 9 de febrero sobre algo raro en el cristal de su auto del año 1994. Ellos habían observado que un sujeto desconocido, mientras estaba estacionado el automotor, golpeó con una piedra el vidrio. 

Ante la alerta, Martín salió de su domicilio y él mismo vio lo que ya le habían comentado: el hombre seguía golpeando su 'nave'. Sin embargo, este lo siguió a pie hasta la avenida de las Américas, a la altura del aeropuerto José Joaquín de Olmedo, y enseguida solicitó ayuda a la Policía Nacional para controlar al extraño. Los uniformados, minutos después, llegaron al sitio y lo neutralizaron.

Al solicitarle explicación de por qué rompió el parabrisas, este contestó que lo hizo porque "su Padre Celestial le había enseñado a realizar esa actividad", según lo escrito en un parte policial. Luego, este fue identificado como Angelo Tailor Cunnighan Rodríguez, de 29 años. 

Los gendarmes rápidamente lo aprehendieron por daño al bien ajeno, delito tipificado en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) y que es sancionado con pena privativa de libertad de dos a seis meses.