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El nuevo presidente de Chile, José Antonio Kast, iniciará su mandato en 2026.EFE / Elvis González

José Antonio Kast: su historia y los desafíos como nuevo presidente de Chile

Tras imponerse en segunda vuelta, Kast asumirá el mando con una agenda marcada por orden y control migratorio

José Antonio Kast Rist fue electo presidente de Chile el domingo 14 de diciembre, luego de imponerse en la segunda vuelta electoral frente a la candidata oficialista Jeannette Jara. Con este triunfo, el abogado de 59 años se convirtió en el primer dirigente abiertamente pinochetista en llegar al poder desde el retorno a la democracia.

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El resultado marcó un giro político y consolidó el avance de liderazgos de derecha radical en la región. Kast logró revertir el escenario de la primera vuelta, donde había quedado en segundo lugar, gracias al respaldo de los sectores conservadores y de extrema derecha que cerraron filas en torno a su candidatura.

Una trayectoria política forjada desde el conservadurismo

José Antonio Kast, nuevo presidente de Chile.EFE / Matías Martín

Nacido en Santiago el 18 de enero de 1966, José Antonio Kast es el menor de diez hermanos y proviene de una familia de origen alemán. Se formó como abogado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde inició su camino político ligado al gremialismo y a figuras influyentes de la derecha tradicional.

Durante casi dos décadas militó en la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido por el que fue diputado durante 16 años. En 2019 fundó el Partido Republicano, una colectividad con un discurso conservador que amplió el espectro político chileno hacia posiciones más duras y confrontacionales, y que terminó por convertirse en su principal plataforma electoral.

De las derrotas al triunfo presidencial

Kast había intentado llegar a la presidencia en dos ocasiones anteriores. En 2017 fue derrotado por Sebastián Piñera y en 2021 perdió en segunda vuelta frente a Gabriel Boric. En ambas campañas, su discurso ultraconservador y su defensa explícita de la dictadura militar le significaron un alto rechazo en sectores moderados.

En esta tercera candidatura, sin embargo, optó por una estrategia distinta. Redujo sus referencias públicas a temas ideológicos y centró su campaña en seguridad, orden y control migratorio. “La tercera es la vencida”, afirmó durante su cierre de campaña, convencido de que esta vez lograría llegar a La Moneda.

El traspaso de mando y el mensaje institucional

José Antonio Kast se reunió con el presidente saliente para coordinar el traspaso de mando.x / @GabrielBoric

Tras su victoria electoral, José Antonio Kast sostuvo un encuentro con el presidente saliente, en el que se abordaron el quehacer del gobierno, la marcha del país y la agenda legislativa. Durante la reunión, ambas autoridades coincidieron en la necesidad de avanzar hacia un traspaso ordenado para el próximo gobierno que iniciará el 11 de marzo de 2026, destacando la importancia de un diálogo respetuoso, institucional y con altura de miras.

En ese contexto, se subrayó que, más allá de las distintas visiones políticas que representan, existe una continuidad del Estado, de sus instituciones, del servicio público y del orden democrático. Asimismo, se valoró la disposición y contribución del presidente electo y de su equipo para mantener un clima positivo durante el proceso de transición, remarcando que “aquí nos une Chile y somos parte del mismo destino de la nación”.

Los desafíos que enfrentará como presidente

Uno de los principales retos de Kast será cumplir su promesa de instaurar un “gobierno de emergencia” para enfrentar la delincuencia. Entre sus propuestas está el refuerzo de la frontera norte con infraestructura física y la expulsión de migrantes en situación irregular, una política que ha generado cuestionamientos sobre su viabilidad legal y diplomática.

Otro desafío clave será el ámbito económico. Kast ha prometido un recorte fiscal de 6.000 millones de dólares en un plazo de 18 meses sin afectar el gasto social. A esto se suma la necesidad de gobernar con un Congreso fragmentado y de enfrentar tensiones sociales en un país que ha vivido profundos cambios políticos en la última década.

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