Opinión
¡Agua, agua!
Esta semana en la Asamblea aprobamos un llamado al presidente Moreno para atender la emergencia de agua potable en Esmeraldas, que sufre un momento terrible por varios días sin servicio, lo cual debe llevarnos a reflexionar sobre la situación a nivel nacional.
Recuerdo las palabras de Jaime Roldós luego de la dictadura: “Sabed qué reclaman en 1978 los moradores de la mayor parte de los pueblos ecuatorianos: ¡agua, agua! Este es un país que tiene sed de agua y sed de justicia”. Han pasado 39 años desde entonces: la edad de Roldós cuando ganó la Presidencia. Han pasado también cientos de miles de millones de dólares -difícil imaginar tanta plata- y la mayor bonanza petrolera de nuestra historia. ¡Pero seguimos en la Asamblea debatiendo sobre falta de agua!
Guayas no es la excepción. En cantones como Durán, Salitre, Palestina, Jujan, Balzar, Isidro Ayora, Palestina, El Empalme, Pedro Carbo y más, no hay cobertura total de agua potable. En pleno siglo 21, ¿cuántos guayasenses aún reciben agua por tanquero y entubada? ¿Cuántos tienen agua potable solo ciertas horas al día o, peor aún, solo ciertos días a la semana?
Lo increíble es que en Guayas sobra el líquido vital. Nuestra cuenca hidrográfica es la más grande de toda la costa sur del océano Pacífico... ¡pero no hay suficiente agua potable! Y mientras el agua abunda cuando nos inundamos cada invierno, en cambio falta el resto del año para riego que tanto necesita el agricultor.
Es hora de alzar la voz para que los gobiernos locales tengan suficientes recursos a fin de que el agua potable deje de ser el privilegio inalcanzable que denunciaba Roldós, y se convierta en una realidad cotidiana en cada uno de nuestros hogares.