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Opinión
¡Buenas noticias!
Cada año organismos nacionales e internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) realizan pronósticos sobre el comportamiento de la economía de varios países, entre ellos del Ecuador, basados en los datos macroeconómicos y las perspectivas generadas por la aplicación de las políticas comerciales y económicas, principalmente.
Para este año, el FMI pronosticó que la economía ecuatoriana, en el mejor de los casos crecería apenas un 0,2%. Sin embargo y de manera sorpresiva, como lo ha indicado un propio representante del Fondo, se registró un crecimiento del Producto Interno Bruto mayor al 3% interanual.
Esto, según el Banco Central del Ecuador, responde a la evidente y paulatina recuperación económica que se va registrando tras la indiscutida recesión del 2016, en pleno gobierno de Rafael Correa y su equipo económico. Y los esfuerzos del actual gobierno por recuperar la confianza de los diferentes sectores productivos y sociales a través del diálogo y la apertura, lo que además permitirá consensuar opiniones y acuerdos sobre los desafíos y retos que el país tiene por delante, sobre todo en materia fiscal y competitiva.
Este cambio positivo obliga al FMI a replantear las perspectivas para el 2018 (se prevé un crecimiento de apenas el 0,6%) y al gobierno a continuar por una línea que le permita aumentar lo logrado hasta ahora en apenas seis meses de mandato, aplicando políticas coherentes, frenando el endeudamiento, incentivando la inversión y estimulando la producción, entre otros elementos.
A este ritmo se podría lograr una verdadera reactivación económica.