Llevo años tomando vitaminas diarias para mantenerme en buen estado físico. De lo espiritual se encarga la Biblia. Tomo vitaminas C y zinc en fórmulas suplementarias.

La vitamina C sirve para elevar las defensas, porque actúa reforzando el sistema inmunológico y la mayoría de la gente la toma en gotas, en tabletas masticables o efervescentes, pero ahora viene acompañado de zinc, que también actúa sobre el sistema inmunológico facilitando la formación de anticuerpos para luchar contra las enfermedades infecciosas producidas por virus y bacterias.

Tanto la vitamina C como el zinc son importantes en el embarazo y la lactancia porque mejoran el sistema de defensa de la madre y del niño. Sirve también en la cicatrización de las heridas, ayuda a que estas se recuperen más rápidamente. También la usamos en las heridas crónicas como úlceras varicosas o diabéticas. Al mejorar la defensa del organismo en la influenza, trancazo o el resfriado común, ayudan en su recuperación.

El zinc está en plantas y animales. Más de 300 enzimas en el cuerpo humano necesitan del zinc para funcionar. Si falta se produce retraso en el crecimiento corporal, alteraciones en los huesos, falta de apetito, alteraciones en la madurez sexual y la capacidad reproductiva; su deficiencia produce ceguera nocturna, inflamaciones de la piel, caída del pelo, diarreas, etc.