Opinión
¡Valora a tiempo lo que tienes!
Una ‘gordita’ se enamoró de un muchacho atractivo y gimnasta con quien tuvo íntimas relaciones. Pero él nunca la llevó a un parque ni al cine. Y hasta se negaba conocerla.
Un buen día, la chica se cansó y eligió irse sin mirar atrás. Pasaron seis meses de angustia, donde ambos por las noches se bebían las lágrimas e intentaban refugiarse en otros cuerpos, pero de nada sirvió.
El chico no aguantó más el vacío en su corazón e invitó a sus amigos a salir. Allí, en una mesa, les dijo: “Necesito que me aconsejen, estoy enamorado como nunca, de una mujer excepcional, pero no guapa”. Les confesó de quién estaba enamorado, y ellos le aconsejaron que la buscara.
El chico subió a su auto y partió hacia el departamento de ella. Tocó la puerta y, para su sorpresa, encontró a una chica muy esbelta, arreglada... más hermosa. Se arrodilló y pidió perdón. Lloró por horas sin parar y ella solo le dijo: “Lo lamento, mientras me fui porque no era lo suficientemente linda para ti, llegó alguien a mi vida que, en vez de salir corriendo y criticarme, me enseñó cómo alimentarme y, durante varios meses, me apoyó a hacer ejercicio. Nunca me dejó sola. Ahora tengo un hombre a mi lado. Un hombre completo que vio lo mejor de mí, no me puso ‘peros’... ¡Que te vaya bien!”.
Cerró la puerta y lo dejó allí sufriendo, igual que ella había sufrido por eternas noches.
Moraleja: ¡Si amas a alguien, estarás orgulloso de que todos lo sepan y jamás la harás sufrir!
Ab. Elio Roberto Ortega Icaza.