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Opinión
Ahora surgen las amenazas de muerte
Una respetable agente fiscal ha recibido amenazas de muerte que solo demuestran que quienes están vinculados a los actuales procesos investigativos penales no tienen recursos legales ni demostraciones evidentes de su inocencia.
Una respetable agente fiscal ha recibido amenazas de muerte que solo demuestran que quienes están vinculados a los actuales procesos investigativos penales no tienen recursos legales ni demostraciones evidentes de su inocencia. Y en casos tan altos y sonados, fiscales y jueces deben recibir una eficaz protección, ellos y sus familias para que las amenazas ni siquiera puedan formularse.
Puede ocurrir también que esa sea una práctica perversa para defenderse de inculpaciones que cada día son más claras y contundentes.
A Glas le negaron sus clamores de inocencia y el Fiscal General pidió su prisión preventiva, que fue aceptada por un magistrado de la Corte Nacional de Justicia y ratificada por la sala de lo laboral de la misma Corte a donde se presentó un recurso de hábeas corpus que le fue negado, porque ocurría que los presupuestos con los cuales se dispuso su prisión preventiva no solo se habían mantenido incólumes, sino que se agravaron.
La vida y la integridad de los jueces, magistrados y fiscales tiene que ser mantenida con una protección eficaz, porque si no fuera así cualquier malandrín podría amenazarlos. La vida y la integridad de jueces, magistrados y fiscales está en peligro, si no se impone una plena y absoluta seguridad no solo para ellos, sino para sus familiares cercanos que también suelen recibir la amenaza de indeseables.