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Opinión
Barcelona cayó en su propia cancha
Ante sesenta mil aficionados que coparon las aposentadurías del estadio Monumental. Barcelona cayó por un abultado ‘score’ de tres goles a cero.
Nadie, ni el más pesimista, esperaba tan deplorable resultado en esta final, en el que millones de aficionados ecuatorianos habían puesto sus esperanzas.
El Gremio de Porto Alegre, Brasil, por su parte, no jugó un partido de grandes caracteres técnicos. Con un fútbol más bien corriente consiguió la goleada y posiblemente, la Copa Libertadores, porque a Barcelona, ídolo ecuatoriano, le será sumamente difícil remontar ese marcador y, lograr al menos empatar con tres goles, para forzar la final con los tiros penales,
Al Ídolo le faltó decisión, luego del gol tempranero de Gremio y más aún después del gol de tiro libre ejecutado con maestría por el adversario.
El vicecampeonato de la Copa Libertadores no es un consuelo, porque ya un equipo ecuatoriano, la Liga de Quito, obtuvo esa Copa, demostrando capacidad y coraje.
Barcelona, que ha conquistado el corazón de los aficionados ecuatorianos, no ha logrado todavía un título internacional. Ya es hora de que ese equipo que llena los estadios nacionales con los aficionados logre por fin un título internacional en una de las Copas que se juegan en Sudamérica.