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Opinión

Cartas al director

Las lágrimas de una madre

¿Por qué lloras, mamá? le preguntó un niñito a su madre. Porque soy mujer, le contestó. Pero, ¡no entiendo! dijo el niño. Su madre se inclinó hacia él y abrazándolo le dijo: Y nunca lo entenderás mi amor. Más tarde el niñito le preguntó a su papá: ¿Por qué mamá llora a veces sin razón? Todas las mujeres lloran siempre, contestó el padre.
 El pequeño creció y se convirtió en todo un hombre, preguntándose aún ¿Por qué las mujeres lloraban sin razón? Un día se arrodilló y preguntó  a DIOS… ¿Por qué lloran tan fácilmente las mujeres? Y DIOS le contestó: Cuando hice a la mujer tenía que crear algo especial. ¡Hice sus hombros lo suficientemente fuertes, como para cargar el peso del mundo entero, pero a la vez lo suficientemente suaves como para confortarlo! ¡Le di una inmensa fuerza interior para que pudiera soportar el dar a luz y también hasta el rechazo, que muchas veces proviene de sus propios hijos!
Y continuó: ¡Le di la fuerza suficiente para que perdone a su esposo de sus faltas, y la moldeé de una de sus costillas para que ella pudiera cuidar de su corazón! ¡Le di sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa, y también le pongo pruebas para medir su fuerza para mantenerse a su lado, a pesar de todo!... ¡Le di las lágrimas para cuando las necesite; al derramarlas vierte un poquito de amor en cada una, que se desvanece  y salva a la humanidad! Es su única debilidad… es una lágrima por la humanidad.
Gracias Dios por haber creado a la mujer… ahora comprendo el sentir de mi madre, hermana, esposa… respondió el hombre con un fuerte suspiro en sus labios... ¡Mujer..! No queda otro camino que adorarla.
  Ab. Elio Roberto Ortega Icaza