Cartas al director

El  invitado del día

Risa, salud y sexo

Por Óscar Ugarte

La risa es un gran misterio de la ciencia. En los países de Oriente es bien vista, pero en nuestros países occidentales no tanto. Las risas sueltas son consideradas vulgares. Durante siglos el cristianismo consideró: “Entre todas las formas malignas de expresión, la risa es la peor” (Regula Magistri, siglo VI). El sufrimiento era considerado (¿lo es aún?), el símbolo de la redención para la recompensa en el otro mundo.
Pero varios estudios demuestran que la risa, al mover muchos músculos mueve también ciertos nervios sensitivos, regula el estrés, los sistemas circulatorios y digestivos, ayuda el sistema inmunológico, baja el colesterol, libera endorfinas positivas al organismo. Reírse antes de acostarse combate el insomnio. La risa está conectada al hemisferio cerebral derecho, el que incide en la creatividad, el juego y el arte. Deberíamos reírnos al menos 30 veces al día para procurar una vida saludable.
La risa une a las personas, ya que el humor nunca ocurre en soledad. Es de auténtica comunicación, los humanos somos 30 veces más propensos a reír  acompañados, por tanto se transforma también en cultura. “Dime de que te ríes y te diré quién eres”.
Es un gran triunfo de la investigación asociar a la risa con la inteligencia. Un signo de madurez es ser capaz de reírse de uno mismo. El sexo y la risa se retroalimentan, y aunque no es un asunto comprobado científicamente se dice mucho, de que las que nos hacen reír son mejores amantes sexuales.