Opinión
Cartas al Director
Cuidado con la falta de lealtad
Un empresario le dijo a su empleado: “Quiero que me construyas una casa; aquí están los planos, ¡Quiero que la hagas conforme este diseño! ¡No quiero que falte nada”!
El empleado tomó los planos y, molesto porque le faltaban solo tres meses para jubilarse, comenzó a decirse: ¡ “Me faltan tres meses para jubilarme y este hombre me da un trabajo para seis meses, pues lo haré! ¡Pero voy a utilizar materiales de segunda. No me voy a esmerar mucho, haré lo que pueda, y así me quedará dinero para mí”!..
Las columnas las hizo sin mucho esmero, usó materiales baratos y de segunda, en toda la edificación de la casa, puso piezas no acordes a la estructura y solo se esmeró en la fachada para engañar al dueño, y lo que podía saltarse en la fabricación lo hizo; de esa manera se “ahorraría” el tiempo que necesitaba normalmente para hacerlo, y así irse lo más pronto posible.
Cuando terminó la edificación, se presentó el dueño y miró la casa, observó que había algunos detalles pero se acercó a su empleado y le dijo: ¡ “Toma las llaves! ¡Este es tu regalo! ¡Por todos los años que me has servido! ¡Esta es tu casa”!
¿Cómo cree usted que se sintió este hombre al oír aquello? Él, lamentablemente, había cosechado lo que había sembrado.
Moraleja: No olvides la lealtad. Todo lo que hagas hazlo con amor. No dañes a nadie, sé un buen ejemplo, da lo mejor y recibirás lo mejor. La vida es un boomerang. Con el tiempo todo regresa a ti. Recuerda que el primer cliente que tienes es tu propia integridad, y ella no se equivoca a la hora de pagar.
Ab. Elio Ortega Icaza.