Exclusivo
Opinión
Cartas al director: El siempre recordado “J.J.”
Julio Alfredo Jaramillo Laurido, nació en Guayaquil, el 1 de octubre de 1935. Hijo de Juan Pantaleón Jaramillo Erazo, oriundo de Machachi, Pichincha, quien emigró al Guayas, en busca de mejores oportunidades laborales y fue allí donde conoció a Apolonia Laurido Cáceres, guayaquileña de ascendencia jamaiquina.
El 2 de abril de 1941, cuando Julio tenía 6 años, perdió a su padre debido a un accidente laboral cuando este fabricaba una cruz para la tumba de su hija que había fallecido a corta edad. Su madre, viuda, lo crió junto a su hermano mayor, José, y popularmente conocido como Pepe.
Cuando Julio cumplió 16 años ganó un concurso radial cuyo premio era una presentación en un centro nocturno, y este hecho fue el inicio de su carrera artística. Terminó sus estudios y más tarde probó suerte en Colombia. En sus inicios bohemios solía frecuentar “La Lagartera”, una esquina de Guayaquil donde músicos y cantantes ofrecían serenatas por un valor acordado con el cliente. Con el tiempo, los músicos aceptaron su presencia y dejaron que los acompañara con la guitarra y en ciertas ocasiones le permitieron que cantara. Su primera presentación fue en Radio Cóndor, donde tuvo la oportunidad de conocer a Rosalino Quintero, con quien forjaría su amistad y más tarde sería su arreglista, guitarrista y requinto.
Delicado de salud, Julio Jaramillo ingresó a la clínica Domínguez, de Guayaquil. Y el 9 de febrero de 1978 falleció, según el parte médico por paro cardíaco, aunque se ha especulado que debido a su vida bohemia murió a causa de una cirrosis.
Pese a su muerte, las canciones de J.J. siguen sonando en el Ecuador y en otros países de América.
Ab. Elio Roberto Ortega Icaza