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Opinión

Cartas al director: marcada diferencia entre Lenín y Correa

Qué reconfortante fue escuchar al presidente Moreno y a los periodistas invitados durante el conversatorio, acerca de las preguntas de la Consulta.

Qué reconfortante fue escuchar al presidente Moreno y a los periodistas invitados durante el conversatorio, acerca de las preguntas de la Consulta. Se percibió un ambiente sin tensiones, adecuado para que fluya el diálogo amigable y civilizado, en el cual -sin señales de agresividad- surjan las preguntas y respuestas del Gobierno en cuanto a las soluciones para mejorar la alarmante realidad. Se marcó la diferencia frente la intolerancia -por decir lo menos- del gobernante anterior.

En las respuestas del mandatario era fácil apreciar un mensaje positivo que, además de buscar la armonía con sus interlocutores, transmitía sus anhelos a la comunidad, deseosa de escuchar promesas que sepan a verdad, y que den inicio a un camino derecho y conciliador para recuperar lo perdido.

Quedó claro que se acabaron los denuestos y atropellos a la dignidad.

Ahora sí provoca escuchar al Jefe de Estado. Urge imponernos el compromiso conjunto y decidido para lograr el sí en la Consulta, que permitirá -en primera instancia- conformar la Comisión de Participación Ciudadana y Control Social, con ciudadanos de probidad ejemplar -que sí los hay y que, por obvias razones, no deben ser parte de la tienda política alguna; no a la reelección indefinida y la corrupción; restituir la democracia e implantar la independencia en las funciones del Estado, recuperar los dineros que pertenecen al pueblo, con el concurso de firmas especializadas, conforme se ofreció.

Leonardo Cueva Piedra