Opinión
Cartas al director: “Él no es mi presidente”
Las grandes ciudades norteamericanas están calientes, pese al gélido invierno de estos días de un frío invierno.
Las grandes ciudades norteamericanas están calientes, pese al gélido invierno de estos días de un frío invierno, con millones de hombres y mujeres protestando contra el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
El rechazo llega a todo el mundo, menos al protagonista que, encerrado en la Casa Blanca, está imperturbable, salvo para arremeter desafiante contra la prensa, el enemigo favorito de arrogantes y autoritarios.
Durante uno de los tantos mítines callejeros en calles de los Estados Unidos, una mujer sostiene un cartel que dice: “Él no es mi presidente”.
Ese cartel nos indica allá y acá, porque nuestro escepticismo inicial, sobre las aptitudes de varios personajes de la política local, está comprobado, con hechos.
Es que no puede ser mi presidente quien insulta y persigue a sus detractores; quien una vez en el poder entabla demandas millonarias contra un banco, contra los diarios opositores y encima de eso, persigue a quienes denuncian la corrupción, a veces descarada y muchas veces sin castigo, de funcionarios de su gobierno.
No puede ser mi presidente quien se vanagloria del cambio de la justicia ecuatoriana “-referente en Latinoamérica-”, según sus propias palabras, cuando se encarcela a un médico por no salvar la vida de una persona mortalmente herida en el corazón.
Con esa justicia, con el país en graves aprietos económicos y una deuda que hipoteca el futuro de nuestros hijos, nietos y bisnietos, debo tomar la frase del cartel, y aplicarla también aquí al Ecuador.
Hugo Romo Castillo