¡Tiko, Tiko asambleísta! No sabemos por qué esta posibilidad, que ojalá se convierta en realidad, ha llamado la atención de los ecuatorianos. Si todos somos iguales ante la ley, nada de raro tiene que en nombre de esa igualdad un payaso como Tiko Tiko vaya a legislar y a fiscalizar. Con su presencia en la Asamblea se llena un vacío inmenso porque lo que faltaba en el seno del hasta ayer “Primer Poder del Estado”, es que haya un payaso con todos sus afeites, sus máscaras y sus pinturas propias de un arlequín, toda vez que hemos estado acostumbrados a ver a mediocres payasos sin afeites y sin “colorinches” que se aplaudían a sí mismos y elevaban las manos cuando se les ordenaba que las alcen para que puedan cobrar las mal llamadas dietas.

Si llegare a la Asamblea, Tiko Tiko deberá no desdoblar su personalidad, que la debe tener, para que concurra a las sesiones con su auténtica caracterización de payaso porque debe tener muy presente que sus votantes serán los admiradores y seguidores de Tiko Tiko, y no los del ciudadano cuyo nombre de pila pocos lo conocen.

Si acaso se le ocurre ir a las sesiones como ciudadano “vulgar y silvestre”, y no como Tiko Tiko demostraría que es igual a los demás que dicen ser lo que ellos creen ser hasta que les dan el voto, y luego seguir siendo lo que en realidad son. Tiko Tiko no debe desconocer que le podrían revocar el mandato, si va a las sesiones sin su uniforme de payaso, porque su electorado votó por un payaso. (BLC)