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Opinión
Columna: ¡Quememos la corrupción!
Después de pocos días se cumplirá la tradición ecuatoriana de quemar el “año viejo”, que significa que la gente de toda condición incineran, luego de patear a un monigote que representa el año que se va, y que consideran que fue funesto para la vida
Después de pocos días se cumplirá la tradición ecuatoriana de quemar el “año viejo”, que significa que la gente de toda condición incineran, luego de patear a un monigote que representa el año que se va, y que consideran que fue funesto para la vida nacional.
Creemos no equivocarnos. Este 2016, el año viejo que más va a ser quemado, pateado, y escupido es el año viejo que represente a la corrupción.
Quienes ven en la corrupción alguna cuestión que no tiene transcendencia se equivocan. El pueblo humilde, que es honesto y trabajador, está convencido de que si no se ataca a fondo a la corrupción podrán producirse en el país hechos muy graves. Porque no erradicar la corrupción significa que quienes no la combaten son parte de ella.
2016, el año que vamos a quemar es, indudablemente, el año en donde la corrupción ha estado presente en todos los niveles. Pero el punto más “destacado” de la corrupción está en los negocios turbios, dolosos, antipatriotas llevados a cabo por los personeros de alta significación de Petroecuador y de la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas. Estos sujetos pusieron la gota que rebosó el vaso de agua.
Ahora todos gritan porque se determine quiénes son los “peces gordos”, los autores materiales y sobre todo los intelectuales, de estos actos repulsivos. Los corruptos y quienes están “estudiando” para serlo deben saber que siempre hay un pueblo que los ubica, los reconoce y los vilipendiará hasta la eternidad. (BLC)