Ecuador solo tiene dos estaciones climáticas. La seca que nosotros llamamos verano y la lluviosa o invierno. Y justamente es la lluviosa la que reverdece los campos secos y a veces llueve con “fe y alegría”.

Pero como el mundo está irregular, hay lugares donde en la actualidad ocurren terremotos, calores infernales y aguaceros que arrasan con lo que encuentran.

En cambio, la lluvia falla en lugares donde no brotan plantas, sino humo y hasta candela, lo cual causa problemas a los agricultores.

Pongamos máxima atención en los mosquitos que se reproducen en cantidades industriales. En el Ecuador tenemos nuestros zancudos que transmiten el paludismo. Viendo programas en otros países están enfrascados en una lucha a fondo para evitar que el terrible mosquito africano que causa la “chikungunya” pueda venir por estos lares y dejar una estela mortal.

En Costa, Sierra y Oriente debemos evitar que se formen charcos de agua de lluvia, campo propicio de los insectos. Hay que dormir bajo toldo, que nos permite un sueño sin picaduras. Si podemos conseguir diesel usado, esparcirlo en lugares donde se acumula el agua. Y, para alejarlos, quemar “palo santo”, pues ese humo aleja los mosquitos que asoman por bandadas a eso de las 5 de la tarde. Si nadie les hace nada, pues allí se quedan. ¡Debemos cuidarnos mejor!