A Panamá, ese itsmo que alguna vez fue colombiano y que marca hacia el norte el comienzo de la delgada región centroamericana de Latinoamérica, lo conocíamos en el pasado, sobre todo, por el canal que une el mar de Balboa con el Atlántico. Sin embargo, hace algunos meses no se identificó al país de Torrijos solo por esa obra de ingeniería que imitó a la que hizo Fernando de Lesseps en Suez, sino por los tan estremecedores “Panama Papers” que un consorcio de abogados puso al descubierto, poniendo en evidencia a miles de personas que utilizan ese “paraíso fiscal” para guardar allí su platita. Y lo hacen no solamente porque se trata de dineros muy mal habidos, siempre a costa del Estado al que se pertenecen, o para no pagarle al Fisco de su país los impuestos que por ley les cobran.

Por supuesto, algunos compatriotas nuestros también forman parte de esa lista comprometedora que en un pretérito se mantenía bien oculta. Y ahora hasta se la está usando en el Ecuador con cierto criterio político-electorero.

En primer lugar, el presidente ‘Rafico’ ha ordenado que se haga un plebiscito el mismo día de las elecciones para que los beneficiarios de los “offshore” no puedan ser candidatos en elección alguna. En las últimas 5 semanas se quiso mezclar a Jorge Glas en la temida lista, aunque, en un momento dado, no se ha podido probar nada de manera formal y convincente, como en la oposición esperaban... (FCV)