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Opinión

Columna: Tergiversación del “año viejo”

Estamos a pocos días de que termine el año, y es oportuno comentar sobre la tergiversación del sentido del “año viejo” que se viene cometiendo en nuestro medio, de un tiempo a esta parte. Quienes somos de la tercera edad recordamos que hace 60 o 70 año

ESTAMOS A pocos días de que termine el año, y es oportuno comentar sobre la tergiversación del sentido del “año viejo” que se viene cometiendo en nuestro medio, de un tiempo a esta parte. Quienes somos de la tercera edad recordamos que hace 60 o 70 años era lo más común elaborar el “año viejo” en casa, entre familiares y amigos, tomando alguna pijama o ropa desgastada del jefe de la casa, rellenándola de paja, periódicos viejos o del aserrín de algún carpintero vecino. Lo único que se compraba era la careta, que tenía que ser un viejo o algún personaje político poco querido de esos tiempos.

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LUEGO DE PEDIR por el vecindario, tarrito en mano, “una caridad para el año viejo”, (el más avispado del grupo hacía de “viuda” llorona) avanzada la noche se recogía lo recaudado y con eso comprábamos refrescos o dulces que consumíamos hasta esperar las 12 de la noche, en que se quemaba el monigote cuyas llamas, más bien pequeñas, había que saltarlas creyendo así que tendríamos buena suerte en el nuevo año...

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PERO EN DÉCADAs recientes proliferan muñecos con la cara del Hombre Araña, Superman, el Pato Donald u otro personaje que nada tiene que ver con nuestras tradiciones. ¿Por qué quemarlos? Buena pregunta...Además, ahora han aparecido enormes monigotes de varios metros de alto que demuestran las cualidades artísticas de personas desconocidas, pero cuya quemazón, al rato de la hora, puede resultar peligrosa...