Opinión
Desde la redacciòn: La perversa lógica ‘supercomniana’
La Supercom inclinó el dedo para castigar a siete medios de comunicación privados por no publicar una nota del diario argentino Página 12 sobre supuestas empresas off shore de Guillermo Lasso.

La Supercom inclinó el dedo para castigar a siete medios de comunicación privados por no publicar una nota del diario argentino Página 12 sobre supuestas empresas off shore de Guillermo Lasso.
Esto crea un terrible precedente para el oficio, porque a partir de esta sanción los periodistas podríamos ser obligados por una organización civil afín al gobierno a publicar cualquier cosa que ellos consideren noticia de interés público.
Mucho más si esa información beneficia al movimiento oficialista, venga de donde venga, y sin que importen, ahí sí, la contrastación, verificación y demás exigencias previstas en la ley.
Todo depende de qué medio se trate, porque si es uno que investiga la corrupción en el poder será calificado como un vil pasquín amarillista auspiciado por la oposición y financiado por no sé quién para perpetrar un supuesto golpe de Estado, es decir pura paranoia política.
A partir de esta nefasta resolución del superintendente Carlos Ochoa, quien además la leía en el teleprompter, los directores o editores generales de los medios ya no serían necesarios porque, con la perversa lógica ‘supercomniana’, cualquier organización pro PAIS podría decidir qué tipo de contenidos se publican, caso contrario podrán acudir a la comisaría de la comunicación a poner la queja y ya todos sabemos en qué acaba ese sainete con árbitro en contra y en cancha inclinada.
A esto llamo no entender nada sobre el funcionamiento de este tipo de empresas que ofrecen un producto informativo en un mercado que demanda contenidos y propuestas diversas para poder tomar decisiones en su día a día.
Los periodistas no queremos absolución alguna, exigimos respeto y que nos dejen trabajar en paz. ¿Si somos tan malos, por qué nos temen tanto?