La invitada del día: la mano extendida de Lenín

El nuevo presidente, Lenín Moreno, ha dicho que tiene la mano extendida para dialogar y trabajar con todas las fuerzas políticas y sociales. Es normal que esta actitud, que significa un llamado a despertar confianza en propios y extraños, provoque en ciertos sectores una reacción de incredulidad mientras no se vean signos que apunten hacia allá.

Sin embargo, desde la perspectiva gubernamental, es necesario llegar a una conciliación, puesto que todos debemos bogar en el mismo sentido. Las elecciones quedaron atrás. No podemos permanecer partidos en dos, sobre todo en la difícil coyuntura financiera que debemos enfrentar.

Es claro que las políticas económicas deben reflejar lo que las realidades de los países desarrollados nos demuestran, es decir, que el motor del progreso está en la empresa privada y no en el Estado, el cual debe sujetarse a regular y controlar a fin de evitar desequilibrios. China es un ejemplo.

Por otro lado, las puertas de los mercados deben abrirse a los acuerdos o tratados comerciales que impliquen una relación de beneficio para ambas partes, siendo, quizás, este punto, uno de los temas más emergentes a resolver.

La mano extendida de Lenín Moreno debe ir en varias direcciones, y, en lo que a los ecuatorianos concierne, llegar a consensos que faciliten la tarea de gobernar; pero, al mismo tiempo, a los ciudadanos a desarrollarse en libertad.