SUSCRÍBETE
Diario Extra Ecuador

Opinión

Columnas: ¡La fe en Dios lo puede todo!

Una mujer humilde, con rostro de sufrimiento y derrota, entró a una tienda. Se acercó al dueño y avergonzada, preguntó si podía llevarse algunas cosas fiadas.

Creado:

Actualizado:

Una mujer humilde, con rostro de sufrimiento y derrota, entró a una tienda. Se acercó al dueño y avergonzada, preguntó si podía llevarse algunas cosas fiadas. Con voz suave exclamó: “Mi esposo está muy enfermo, no puede trabajar, tengo siete hijos menores de edad...”

El dueño, inflexible, le pidió que abandonara su tienda. Pero la mujer angustiada por su familia continuó rogándole: ¡Por favor señor! Le pagaré como pueda. El dueño se excusó diciendo que no podía darle crédito...

Cerca del mostrador estaba un cliente y escuchó la conversación del tendero y la desesperada mujer. Se acercó y dijo al dueño de la tienda que él se hacía cargo de lo que necesitaba la mujer para su familia, pero este no le hizo caso. Le preguntó a ella: ¿Tiene usted una lista de compra? Ella respondió afirmativamente. Está bien, ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, se lo daré en víveres.

La mujer, cabizbaja, buscó en su cartera un pedazo de papel y escribió en él. Luego, temerosa, puso el pedazo de papel en la balanza... Al hacerlo la balanza bajó de golpe, como si hubiese puesto sobre ella un pedazo de roca. Los ojos del dueño y del cliente se asombraron.

Tal como había dicho, el dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la balanza, pero esta no se movía, así que continuó poniendo más y más víveres, pero como la balanza nunca se igualaba, no aguantó más y agarró el pedazo de papel y leyó asombrado la oración: “Señor, tú conoces mis necesidades, dejo este problema en tus manos”. El dueño de la tienda le dio a la mujer todos los víveres que había reunido y se quedó en silencio mientras ella abandonaba la tienda. “Solo Dios sabe cuánto pesa una oración”. Todo es cuestión de fe.

tracking