Opinión
Columnas: ¡Vivamos con entusiasmo!
“¡La vida es real! Y la tumba no es su meta. Polvo eres y en polvo te convertirás, no se refería al alma.
El escritor y poeta estadounidense Henry Wadsworth Longflellow escribió un poema hermoso, y en sus estrofas habla sobre el poder del entusiasmo en el quehacer diario de nuestras vidas:
“No me digas lamentándote, ¡la vida no es más que un sueño vano!”. No está muerta el alma que dormita. Las cosas no son como parecen”.
“¡La vida es real! Y la tumba no es su meta. Polvo eres y en polvo te convertirás, no se refería al alma. Ni el goce, ni el pesar son, a la postre, nuestro destino; es actuar para que cada amanecer nos lleve más lejos que hoy”.
Todo tiene un comienzo y un final, hay que saber reconocerlo: Con entusiasmo y alegría, y no tristeza y depresión. Recordemos siempre que nuestra alma no es hecha de polvo.
Hay miles de cosas por hacer y millones de posibilidades para salir y triunfar, no encerrarse en una sola cosa. Recuerdo que mi padre me decía que me quede de oficinista en el Ingenio Valdez y le dije “primero muerto”. Y me fui y me hice médico. Lo importante no es solo lo que uno es, sino inculcar el entusiasmo para que todos luchen y se esfuercen por ser mejores. Todo es posible, pero hay que tomar una ruta, un camino, no importa el tiempo que tome, alguna vez se llega. Es peor si usted no se decide, porque jamás será nada.
Haga las cosas con entusiasmo y hasta los errores se los perdonarán. Deje libre el alma para que actúe y se manifieste, ahí está la verdadera vida como la lava en el centro del volcán. Jamás apacigüe el éxtasis de los susurros del alma. Dele rienda suelta al éxtasis del amor.