Columnas: ¿A la Generación Ni-Ni quién la ayuda?

“Vine porque no logro ni estudiar ni trabajar”.

La expresión que lanzara una joven guayaquileña en la fila que hacía desde el pasado miércoles -ella y centenares de chicas - para alcanzar un cupo en el servicio militar evidencia, entre otras realidades, el presente complejo que van teniendo las nuevas generaciones para encontrar su camino. No pueden despegar por falta de oportunidades.

Y es que la crisis económica ha obligado a muchas jóvenes a prestar este servicio a la patria como una manera de tener qué hacer.

Un camino que, si bien puede ser loable, no hace sino evidenciar las costuras reales del Estado que no brinda las oportunidades adecuadas a esas personas que, acaso, solo desean ser alguien en la vida mediante el estudio y/o el trabajo.

Cada una de esas ecuatorianas que anhelaba ser una de los 199 elegidas para prestar el servicio tiene el derecho a que se les dé la mano y a que la sociedad, en general, las acoja en su seno para darles la oportunidad de crecer.

Por eso quizá el aporte concreto puede ser un grano de arena. Acaso quien pueda dar un empleo obre en consecuencia y contrate una joven. Desde el pequeño comerciante hasta aquel gran empresario debería pensar cómo ayudarlas. Ahora. Y en esa tarea de construir bien vale pensar con amplitud de corazón.

FRASE: “Hay que unirse no solo para estar juntos, sino también para hacer algo juntos”. (Máxima popular).