Columnas: el diálogo siempre es positivo

En medio de un clima de distensión –a pesar de las turbulencias políticas provocadas por el huracán denominado Odebrecht- el llamado al diálogo hecho por el Primer Mandatario es positivo y necesario.

El país es uno solo y no debe ser gobernado desde una óptica de rompecabezas ignorando aquellas piezas que no pertenecen a su movimiento.

Tampoco es sano dialogar monologando. Todos tenemos derecho a ser escuchados. Lo contrario se llama tiranía. La ausencia de comunicación provoca graves trastornos en cualquier comunidad, comenzando por el hogar.

Si la empresa privada es el motor de la economía, lo lógico es conversar con sus líderes a fin de arribar a acuerdos importantes para la buena marcha del país. El diálogo permite conocer cuáles son las necesidades prioritarias de los ciudadanos y lo que esperan de sus gobernantes.

Por eso, celebramos que, una década más tarde, Presidente y Alcalde de Guayaquil se hayan sentado en la misma mesa para rendir homenaje a la ciudad por sus fiestas patronales.

Lenín Moreno dijo al Ab. Nebot: “Reciba nuestra mano para que juntos saquemos adelante al país...”, habiendo este, por su parte, afirmado que era necesario gobernar con sensatez y sin espacio para el odio.

Eso esperamos los ecuatorianos, mientras nos mantenemos vigilantes porque la lucha contra la corrupción corone con los esquilmadores del erario público en la cárcel y el dinero repatriado al Ecuador.