Opinión
Columnas: Es como llover sobre mojado...
Por mucho que se diga, se escriba o se hable, en relación con los accidentes de tránsito que ocurren diariamente en nuestro país.
Por mucho que se diga, se escriba o se hable, en relación con los accidentes de tránsito que ocurren diariamente en nuestro país, poco o nada se hace para superar esta terrible situación que llena de dolor, de angustia, de orfandad y desesperación a centenares de hogares ecuatorianos. No hay día en que sobre las carreteras de nuestro país no se asome la muerte, dejando tras de sí muertos, heridos y vehículos despedazados.
Es un hecho incuestionable, y así lo afirman los sociólogos, que cuando una sociedad es desorganizada, inculta, desobediente para cumplir con las leyes, estas de nada sirven para solucionar los problemas.
El pueblo cree, pero está profundamente equivocado, que con el endurecimiento de las penas, con la elevación de las multas a sumas astronómicas, con quitarle a los conductores los puntos en sus licencias de manejo, las cosas se van a arreglar. La solución es otra. Debe establecerse de manera obligatoria la enseñanza de educación vial en escuelas y colegios; y en los hogares debería implementarse la orientación que deben dar los padres a sus hijos para que comprendan que la única manera de solucionar los problemas de nuestra sociedad se encuentra en la educación, en el respeto a los demás y en la implementación y robustecimiento de principios éticos que deben ser los que normen y conduzcan a la colectividad humana.
El Ecuador no entiende estas aspiraciones. Por eso vive enfrentando la muerte en calles y carreteras. (BLC)