Opinión
Columnas: La economía naranja: una oportunidad
La llamada economía naranja es un camino para el Ecuador. El escenario de las industrias culturales puede resultar propicio para impulsar en el país los procesos de innovación.
La llamada economía naranja es un camino para el Ecuador. El escenario de las industrias culturales puede resultar propicio para impulsar en el país los procesos de innovación, emprendimiento y generación de empleo. En nuestro país, y desde los referentes internacionales, el Ministerio de Economía ha definido ocho subsectores para su desarrollo desde el enfoque de la economía naranja. Estos son: creación literaria, teatral; artes y espectáculos; artes plásticas y visuales; libros y publicaciones; audiovisual, música, diseño y formación cultural.
Si miramos nuestra sociedad y nuestras tradiciones llegaremos a la conclusión de que somos un pueblo para la economía naranja. La creatividad y la variedad forman parte de la cotidianidad de nuestras vidas. Seguro que muchas sociedades tienen atributos para impulsar las industrias creativas como efectivamente lo hacen. Es igualmente claro que los ecuatorianos lo podemos hacer a nuestro modo porque simplemente es nuestra forma de ser y hacer la vida. Somos creativos y somos un pueblo de un profundo arraigo en las más variadas y hermosas expresiones culturales.
La economía naranja requiere, sin embargo, un compromiso de la sociedad, de las administraciones provinciales, así como del gobierno nacional. Deben ponerse en marcha nuevas propuestas “creativas” de políticas públicas culturales y apoyo a los artesanos, emprendedores e innovadores. Cuando un pueblo como el ecuatoriano encuentre el camino de generación de riqueza y fortalecimiento económico a partir de sus expresiones culturales, ese mismo pueblo estará exaltando sus identidades, su historia y sus capacidades artísticas para avanzar hacia mejores condiciones de calidad de vida.