Columnas: Lenín intenta “enanizar” la burocracia

Tras 5 cambios de fecha, al fin en la sexta “fue la vencida”. Y así Lenín anunció, el pasado lunes 2, su tan esperado Plan Económico (me permiten las mayúsculas por la importancia del texto) mediante el cual pretende no solo granjearse la simpatía y la confianza de los ecuatorianos todos, sin excepción, desde pelucones hasta proletarios, que sufrieron las consecuencias de la aplicación de la frase “el Estado soy yo” (a lo Luis XIV “el Rey sol” francés) que se aplicó en la década pasada con un Ejecutivo imponiendo su indiscutida voz de mando en cada una de las funciones de este Estado. Quiere ahora nuestro “presi” con sus catorce medidas (el número cabalístico, 7, multiplicado por dos) volver a “poner la mesa” que en realidad “no se la dejó servida” Rafico, tal como el antecesor lo repite desde Bruselas.

Y entre estas medidas, que no quieren medirnos con la misma vara anterior, está, sobre todo, según los términos presidenciales, “reducir el tamaño del Estado” a lo normal y manejable. O sea “enanizar” a un porte más manejable a ese “ogro filantrópico”, como lo llamó el mexicano Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz. Es decir que nos vamos a “desburocratizar” a través de una “purga” inmediata que, sobre todo, nos libre de cientos de “asesores”, algunos de los cuales son, reducidos a su término exacto, reales “pipones” que cobran sus sueldos sin hacer absolutamente nada. O guardaespaldas que fungen de oficinistas...

Se supone que este plan signifique también reducir a su número anterior a los tantos ministerios y secretarías de Estado que llegan a varias decenas, mucho más que en cualquier país del Primer Mundo como la Yoni, la milenaria China o la ya no sovietizada Rusia...(FCV)