El presidente de Colombia, Iván Duque, le dijo al mundo que Walter Arizala, alias Guacho, murió como consecuencia de una operación militar, luego de una intensa búsqueda que llevan a cabo las Fuerzas Armadas y la Policía de ese país en su lucha frontal contra el narcotráfico, delito en el que están inmersos militantes de las FARC, que de revolucionarios que se decían, como algunos del Ecuador, terminaron como delincuentes de lesa humanidad.

“El que a hierro mata, a hierro muere”. Esta frase bíblica se cumple siempre: La historia de la humanidad así nos lo dice. Mas Guacho es una ficha insignificante en el cuadro delincuencial del tráfico mundial de drogas.

Ecuador debe seguir en la política que han implementado nuestras Fuerzas Armadas en esta lucha “hombro a hombre y hombre a hombre” con el ejército de Colombia y con la ayuda de otros países que quieren luchar contra esta nefasta plaga que cuenta con dinero suficiente para comprar todo lo que les dé la gana...

La cooperación internacional es básica para enfrentar a los narcotraficantes.

Debemos dejarnos de aspectos ideológicos como aquel que dice que esta lucha conjunta atenta contra la soberanía de los Estados. Es un absurdo que lo esgrimen quienes de una o de otra manera son copartícipes del narcotráfico.

Por otra parte, el Ecuador debe vigilar de cerca el proceso penal que se tramita en Colombia por la muerte de los tres periodistas de El Comercio que fueron asesinados por Guacho y sus seguidores, para que estos asesinatos no queden en la impunidad. (BLC)