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Diario Extra Ecuador

Opinión

Columnas: Nos gusta más vivir de las apariencias...

Un hombre pobre vendía huevos en la calle, y una señora le preguntó: “¿En cuánto estás vendiendo los huevos?”

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Un hombre pobre vendía huevos en la calle, y una señora le preguntó: “¿En cuánto estás vendiendo los huevos?”

El viejo vendedor respondió: “A 10 centavos cada huevo, señora”. Ella le dijo: “Tomaré 6 huevos por $ 0,50 o me iré”.

El anciano vendedor respondió: “Está bien señora, llévelos al precio que usted quiera”. Puede ser que este sea un buen comienzo, porque hoy no he podido vender ni un solo huevo.

Ella tomó los huevos y se fue, sintiendo que había ahorrado 50 centavos. Se subió a su automóvil y se fue a un elegante restaurante con una amiga.

Allí, ella y su amiga, ordenaron de la carta lo que más les gustaba. Comieron un poco y dejaron mucho de lo que sirvieron.

Luego ella fue a pagar la cuenta, que le salió por 38 dólares. Ella pagó 40 dólares y le pidió al dueño del restaurante que se quedara con el cambio.

Este incidente podría haber parecido bastante normal para el propietario, pero muy doloroso para el pobre y anciano vendedor de huevos.

La cuestión es: ¿Por qué siempre demostramos que tenemos el poder cuando compramos a los necesitados? ¿Y por qué somos tan generosos con aquellos que ni siquiera necesitan nuestra generosidad?

La pregunta del millón es: ¿Por qué nos gusta tanto vivir de las apariencias?

“Mi abuelo solía comprar productos simples a los pobres a precios altos, aunque no los necesitaba. A veces solía pagarles demás. Me preocupé por este acto y le pregunté por qué lo hacía, y entonces él respondió: “Es una caridad envuelta en dignidad, hijo mío”...

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