Columnas: Nuevo pacto colombo-ecuatoriano

Los graves problemas de violencia acaecidos en la frontera colombo-ecuatoriana han dado lugar a una sensata convergencia entre los gobiernos de las dos naciones, como acaba de suceder en la importante ciudad colombiana de Pereira, con el gabinete binacional.

La presencia, cada vez mayor, de la violencia en esa frontera ha hecho que los presidentes ecuatoriano y colombiano, Lenín Moreno y Juan Manuel Santos, respectivamente, lleguen a un pacto en el cual se utilicen las fuerzas públicas de los dos países para combatir a mano armada la creciente arremetida del narco- terrorismo que ha levantado la cabeza en tan importante porción territorial.

Pero si es útil esa convergencia, se debe pensar igualmente en un pacto económico y social para atender las necesidades de esos pueblos con los recursos disponibles de Ecuador y Colombia, pues los problemas de la violencia allí y en cualquier lugar del mundo son consecuencia de graves circunstancias económicas y sociales que abarcan a la mayoría de las poblaciones.

A pesar del adelanto, aunque limitado que se siente en nuestra frontera norte, los problemas de carácter económico son graves y profundos. La provincia del Carchi, por ejemplo, ha pasado por una etapa de tan sensible pobreza que ha tenido que reclamar medidas urgentes para atender la situación de sus mayorías. En el departamento fronterizo de Nariño los problemas también son de urgente solución.

Hay que recordar que funcionó adecuadamente el Pacto Andino en esa frontera y es necesario que se piense en soluciones urgentes para alcanzar, antes que con las armas, con el mejoramiento económico, la paz que hasta ahora se sigue mostrando bastante esquiva.