Opinión
Columnas: Viejo, pero no ladrón
Acaba de rendir tributo a la vida, que es lo que hacemos los humanos al final de nuestras existencias, el doctor Julio César Trujillo, extitular del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio.
Acaba de rendir tributo a la vida, que es lo que hacemos los humanos al final de nuestras existencias, el doctor Julio César Trujillo, extitular del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio.
Un ser que deja huellas imborrables que deben ser seguidas por los hombres y mujeres honestos y honrados que por ventura somos la mayoría en nuestro país.
En momentos en los que las cloacas de la inmundicia y de la putrefacción se abrieron por obra y gracia de corruptos disfrazados dizque de “revolucionarios” salió a luchar contra esta lacra un hombre viejo, y por lo mismo sabio y valiente, que supo poner en su puesto a los ladrones y a los pícaros, para constituir junto con otras altas personalidades de su misma calidad ética y jurídica la Comisión Nacional Cívica de Lucha contra la Corrupción, lo cual motivó que los sátrapas, autores materiales e intelectuales de toda una gama de delitos de corrupción, iniciaran contra ellos y, por ende, contra Julio César Trujillo, juicios penales por los que fueron condenados.
Trujillo, quien fue calificado por sus detractores como viejo, por no tener otra cosa que endilgarle, lanzó una frase que revela su autoridad moral. Él les dijo: “Soy viejo, pero no ladrón”. Las juventudes actuales tienen un gran referente moral para luchar permanentemente contra el relajo, la mediocridad, la estulticia, la corrupción y la desvergüenza.
¡Hasta siempre, Dr. Julio César Trujillo! (BLC)