Opinión
Un ‘descuaderne’ sin precedentes
Nunca en la convulsionada historia de Occidente, la mayoría de naciones se habían enfrentado a semejante ‘descuaderne’ por cuenta de la migración de una de sus naciones, Venezuela.
La llegada constante de habitantes de ese país acaso deviene en graves problemas que revientan cualquier estadística mesurada: empleo, seguridad, salud y otras variables. Es así. Lo demás es pecar de ingenuo y ‘caerse’ uno mismo a cuento.
¿Qué es culpa de ese pueblo? ¡Nunca! Es culpa de los dirigentes que han volteado su mirada a otro lado o que ni se han inmutado cuando el implacable dictador, su camarilla y los estrategas de otras latitudes juegan a la geopolítica: si te aprieto aquí, saltas allá; si te presiono allá, gano aquí.
Los llaneros son personas que les tocó buscar un futuro a la desesperada. Ya la suerte está echada. Ahora el verbo a conjugar es ayuda: yo ayudo, tú ayudas, él...
Pero Imaginen algo: si en los países del primer mundo -con todos los recursos que tienen- la migración es una ‘papa caliente’, reflexionen cómo no lo va ser en unos países en los que abunda la pobreza y las arcas públicas estás exhaustas de tanta carencia por no decir robo.
¿Qué hacer? Pues en esto de aventurar en el qué se debe hacer hay ‘mucho experto’. Me quedo en lo corto: da la mano al que necesite algo a tu alrededor. Obras son acciones, no buenas intenciones.
FRASE: Cultiva una mente optimista y utiliza tu imaginación. Considera siempre las alternativas y
atrévete a creer qué se puede hacer aunque otros piensen que es imposible.