Desde la Redacción: A sangre y plomo

Los casos de asesinato en el Ecuador son alarmantes. Solo en Guayaquil, cuatro personas fueron victimadas en 48 horas durante la semana que termina. En lo que va del año, la Policía registra 415 crímenes en el país y la cifra irá aumentando. Cuando aún no salimos del asombro por el vil atentado contra el equipo periodístico de El Comercio y los bombazos en la frontera norte, el hampa organizada amenaza con no dar tregua en nuestras calles a plena luz del día y frente a nuestros niños. Los ministros del Interior y Defensa cesados nos quedaron debiendo en materia de seguridad, al no haber podido articular un plan lo suficientemente coherente para salvaguardar la integridad de la ciudadanía, que mira con espasmo cómo las cuentas se saldan a sangre y plomo. Los nuevos funcionarios no solo deberán lidiar con el problema del terrorismo, sino también con las bandas de microtráfico que operan en muchos barrios pobres. Solo al mediodía del miércoles pasado, un cabo segundo de la Comisión de Tránsito del Ecuador recibió seis disparos cuando se dirigía a su trabajo en el Puerto Principal. Se presume que el responsable sería un estudiante del colegio en el que trabajaba, que fue expulsado al ser descubierto por él cuando vendía droga en ese centro educativo. Hasta ese punto está llegando el lumpen, a corroer las fibras más sensibles de una sociedad indiferente y desprovista de las armas para enfrentar a los delincuentes. Los medios tenemos el deber de alertar a la comunidad sobre el tema, porque si no actuamos pronto, esto se nos puede ir de las manos.