Desde la Redacción: El Estado ausente

Siempre me he preguntado cómo un adulto puede tener fijaciones sexuales con menores de edad y hasta ahora no encuentro una explicación. Es más, creo que es imposible hallarla porque, personalmente, este tema me parece aberrante. Los casos que se registran en el Ecuador van creciendo cada día, no solo en las calles, sino también en escuelas, colegios e iglesias, donde niños y niñas son abusados sexualmente. Esto pese a que se supone que en estos lugares los chicos deberían estar a salvo de cualquier peligro. En Guayaquil ocurrió un hecho que debería avergonzarnos a todos como sociedad.

Resulta que una niña de 12 años fue obligada a prostituirse por míseros diez dólares en un mercado público, a vista y paciencia de varias personas que conocían del hecho, pero que no hicieron nada para evitarlo. Esto es lo que pasa en este país, donde una persona desalmada pudo lucrarse con la desgracia de una infante que no tenía por qué soportar tanta injusticia. Su padre denunció el caso hace dos meses, pero recién la madrugada del viernes pasado se logró capturar a los sospechosos. ¿Cómo es posible que la justicia se demore tanto tiempo en actuar? Y así aseguran que aquí los niños pertenecen al grupo de atención prioritaria. Ahora viene la parte más difícil, que consiste en brindarle a la menor de edad todo el apoyo psicológico que requiera para superar el trauma y en esto el Estado, tan ausente, tiene la obligación de hacerse cargo sin ningún pretexto. ¿Habrá hecho lo mismo con los demás chicos abusados en algunos colegios del país?